Toda la
frescura del buen debut de Mumford & Sons, aquel Sigh no more de 2009, se
pierde en Babel (Glas Note, 2012). El encanto se desvanece por reiteración, por
empacho de banjos y mandolinas, por piezas musicales que derrochan energía con
tendencia a coronarse en épicas conclusiones, temas que arrancan deprisa o
despacio y se frenan hasta volver a excitarse, y por duración, 50 minutos
largos que llevan al cuarteto londinense a hacerse pesadito. Otro bonito
envoltorio, ese patio interior lleno de jolgorio en la imagen, pero con un
contenido que ya no seduce sino que harta. Hay demasiada jovialidad en las
canciones de Babel, una alegría plana y de esquema repetitivo. Una pena en el capítulo
de novedades que naufragan por debajo de sus expectativas.
Nota:
5/10
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