La categoría que da cobijo a Calexico
es la que comprende a las bandas que nunca defraudan. Pinchar uno de sus discos
en cualquier momento reporta una satisfacción segura, el frescor del agua
cristalina y una atmósfera placentera. Cuando vuelven a escena con material
nuevo, ¿qué esperamos entonces de ellos? ¿Que apilen otra colección sabrosa de
mestizaje musical, que giren en una dirección diferente, o que firmen su
definitiva obra maestra? ¿Para qué…? Ni más ni menos que sigan siendo ellos.
Pues eso. Cuatro años después del magnífico Carried to dust, Burns y Convertino
rubrican su autoría como los grandes autores que son.
Algiers (Anti-, 2012) nace y
crece en un barrio de New Orleans, lejos de Tucson, aunque la frontera continúa
recorriendo las venas y arterias de las composiciones de Calexico. Hay también melodías
enternecidas, voces latinas y esas firmes trompetas de polvo y desierto. Más:
unas cuantas canciones formidables (Sinner in the sea, Fortune teller, Maybe on
Monday) y esa sensación garantizada de estar ante un reconfortante viaje en
carretera. ¿Lo mejor de Calexico? No. ¿Otro gran álbum? Sin duda.
Nota: 8/10
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