Todos los
años me conmueven un par de canciones sorprendentes, por su sencillez o por su artificio,
por cualquier virtud, la que sea que más me atrae y me encadena por una
temporada a ella. El año pasado lo hizo You come back especialmente, de Edie
Brickell (aún lo hace cada vez que acudo a ella); también What the water gave
me, de Florence + The Machine. Ninguno de los discos en que aparecen pasará a
la historia de mis preferencias o debilidades musicales, pero contienen esos
temazos. No me decido todavía, ni hace falta, a catalogar la música de esta londinense
de aspecto serio y seductora frialdad. Me gusta Lungs, su primer trabajo; no
tanto el segundo, Ceremonials, pero este corte me gana, me eleva.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario