martes, febrero 28, 2012

SOBRE LOS RAÍLES (SHELTER FROM THE STORM)

El tren no es de alta velocidad, se frena cada poco tiempo y tiene que volver a tomar carrerilla para mantenerse sobre los raíles, así varias veces, sin llegar nunca a un destino sino regresando a las mismas estaciones, con billete de ida y vuelta a través de las rutas que ya conoce, sin saber donde se pone en marcha ni donde se detiene, sin revisores en los vagones, sin coches-cama en los compartimentos, la ventana cerrada, libros sobre las rodillas, diarios abiertos, miradas perdidas, cadenas invisibles. Este es un lugar siempre cálido y seguro, entra, dijo ella, un refugio para la tormenta.

martes, febrero 21, 2012

LIVE IN 119: BRUCE

(Walking) Bruce (in a sunny day)



To be continued…

SOUNDTRACK 113: CHARLIZE Y LA MADUREZ

En ocasiones una película pequeña, de apariencia tierna, inofensiva o incluso insignificante guarda cientos de virtudes grandes, interrogantes respondidos y disimuladas pero profundas reflexiones. Como Young adult.

La madurez… bueno, a saber qué será. ¿Dejar de comportarte como un crío? ¿Asumir que todo cambia? ¿Mirar de frente? ¿Caminar en línea recta? ¿Saber quién eres? ¿Saber qué quieres?

Charlize… con el ceño fruncido, arrastrada y distante, bebida y estúpida, sobria e hija de perra o perdida en medio de ningún momento es una irresistible perversión… y cuando se levanta y se ilumina, camina erguida y se embellece todavía más o sonríe porque descubre sus
debilidades es el ángel de nuestras tentaciones.

sábado, febrero 18, 2012

LIVE IN 118: LIVE THE MUSIC

La música… parte de nuestra vida. El momento es distinto, sí, pero en el fondo nada cambia.

Desde hace tiempo –comento con personas cercanas– hemos cambiado el modo de escuchar música, las canciones de siempre, los discos que más nos gustan o los nuevos que, por poderosas o no tan necesarias razones, nos interesan. Venimos a concluir que a
ntes nos tomábamos nuestro tiempo, tumbados en la cama o en el sofá, en navegar por los surcos de cada vinilo o a largo de los segundos de cada cd, en leer de cabo a rabo el libreto con los créditos y las letras de las canciones, pinchábamos una y otra vez el disco que más disfrutábamos y poníamos toda nuestra concentración en aprendernos cómo los instrumentos y las voces alcanzaban los mejores instantes y nos transmitían su emoción o en encontrarle nuevos detalles a cada tema. Ahora, en cambio, nos cuesta disponer de un momento lo suficientemente largo y plenamente tranquilo como para volcarnos en el minutaje completo de un disco y ya no tenemos tanto a mano una cama o un sofá para echarnos apaciblemente, sino que con mucha más frecuencia nos valemos del equipo del coche o el reproductor de mp3 camino del trabajo o mientras nos lleva el autobús a alguna parte, perdiendo aquellos detalles entonces tan diáfanos y ahora tan dispersos.

Los nuevos soportes, el contexto en que podemos cederle un poco de atención penetrante a la música, además de la acumulación
de deberes o actividades y las prisas y urgencias que nos presentan las ocupaciones diarias condicionan de un modo que antes parecía no tener cabida, la íntima relación que guardamos con la música. Pese a ello, somos unos cuantos los que nos resistimos, con la aparición de un nuevo gran disco, de una voz viva, el lloro o jolgorio de una guitara, unos coros entregados… a perder esa química, una relación sentimental inquebrantable que nos llevará unidos al fin de nuestros días.

miércoles, febrero 15, 2012

GREATEST HITS 125: WINDOWS ARE ROLLED DOWN (AMOS LEE)

Ahí está, sin decirme nada especial, nada distinto, o como si no estuviera. Ni frío ni calor, ni mal ni bien. Pero a veces no puedes evitar prestarle más atención, porque escuchas algunas de sus canciones sin proponértelo. Se comparten gustos, está permitido. Esta canción, por ejemplo, me asaltó hace un año en Londres, creo que en un autobús, volviendo de las afueras hacia el corazón de la ciudad. Y me gustó tanto que la guardé. Ayer la escuché de nuevo sin que perdiera su chispa de libertad, animándome a correr sin mirar atrás con las ventanillas bajadas y el viento en el rostro.

sábado, febrero 11, 2012

NICE DAY

El día es hermoso. Si no fuera porque las bufandas cubren la mitad de los rostros de quienes se cruzan conmigo en la calle y porque apenas un par de perros y sus dueños pasean por la playa después de comer, diría que el verano acaricia este día luminoso y pacífico. Brillan las fachadas y el mar está en silencio, azul intenso, salvaje. No me toca trabajar. Paseo con mi perro. Escucho música. Leo. Pienso a gusto el tiempo que quiero. Escribo. Y veo, recorro, me sumerjo, me emociono hasta el último rincón de las tripas y cabalgo con la historia de un caballo. Y de nuevo en la luz, con el sol encima y el frío dentro, me digo otra vez que el cine, el cine, es maravilloso. Thanks S.S.

lunes, febrero 06, 2012

VOLUME ONE 256: BLUES FUNERAL (MARK LANEGAN BAND)

Blues funeral (4AD, 2012) tiene un poco de Lanegan en casi todas sus facetas: hay restos de Screaming trees (Riot in my house), la espesura ambiental de Twilight Singers (St. Louis elegy), el inquietante alfombrado de Queens of the Stone Age (Quiver syndrome), las climáticas huellas de sus aventuras paisajísticas junto a Isobel Campbell (Bleeding muddy water), los retablos electrónicos de Soulsavers (Gray goes black)… y como añadido cuando menos desconcertante al principio pero en absoluto sorprendente, latigazos rítmicos de prosa bailable (Ode to sad disco). El conjunto de todo ello responde a una incuestionable coherencia, pese al impacto de los cortes más atrevidos. Mark Lanegan regresa solo pero con banda, donde, como era de sospechar, amigos suyos (Josh Homme, Greg Dulli) se alían para salir triunfantes.


Nota: 8/10

jueves, febrero 02, 2012

VOLUME ONE 255: OLD IDEAS (LEONARD COHEN)

Leonard Cohen no me convence. Vaya por delante que paso casi de incógnito, aunque no de puntillas, por su obra y no me detengo apenas a navegar por la fisonomía de sus elogiadas letras. Me distancia de él la aureola mística que lo envuelve, una pose e imagen de autor reverenciado que lo ha acompañado siempre y le ha otorgado un engrandecido respeto en los vastos terrenos de la comunidad musical. Old ideas (Columbia, 2012) es su último álbum. Más Cohen fiel a sí mismo, apegado a su figura espiritual de poeta del amor, la muerte y la búsqueda de identidad por los retorcidos caminos del interior.


En cambio, debo admitir en este caso que Cohen, con su nuevo trabajo, me satisface más que con los anteriores, ya ensombrecidos casi todos por el olvido. No faltan esas voces femeninas tan incrustadas en su estilo que parecen inherentes a la gravedad elitista de su discurso. La música de Old ideas se digiere al calor de la chimenea, en el crepúsculo del alma, en momentos de desconexión donde la voz y el murmullo del autor son tan turbadores como calmantes. Algunos ribetes blues en piezas como Darkness, Come healing o Different sides hacen este disco mucho más placentero que el más encumbrado de los trabajos de Leonard Cohen.


Nota: 7/10