Será porque es demasiado el tiempo que el cine no me contenta como antes con sus aventuras y ficciones que ahora me pregunto si de verdad acierto al entusiasmarme tanto. ¿Obra maestra? Me suenan extrañas estas palabras, más bien lejanas, inalcanzables… no, se pueden pronunciar, celebrar en frío y en caliente si Woody Allen es el responsable de trasladarnos de nuevo y con maestría a ese mundo tan suyo como nuestro. Pues aquí vuelve cada año este hombre con un poco de vida más que ofrecernos, un viaje entre la vida y la ilusión en realidad, entre un presente sin sustancia y un pasado de ensueño. Y Hemingway, y Buñuel, y Degas, y Lautrec, y Dalí, y Picasso, y Stein. El arte y la creatividad, la atracción y el amor. La vida, miserablemente corta y tiernamente triste. Acaba la proyección y al único lugar al que te quieres marchar es a París, y que llueva. Y que Woody Allen viva para siempre.
miércoles, mayo 18, 2011
SOUNDTRACK 107: MIDNIGHT IN PARIS
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