lunes, julio 13, 2009

CRISIS

Calma, no es tan grave como sugiere la palabra cada vez que se pronuncia y se escucha. Podría haber escogido “colapso”, “estancamiento”, “cansancio”, “indecisión”, “parálisis”, “inseguridad”. No son sinónimos, pero valen para ser empleados en este caso. Vuelvo a escribir en este blog, pero el cuerpo me pide hacerlo a cuentagotas. O al menos dejar de escribir de cosas que han sido tan frecuentes: música, cine, canciones, series de televisión, libros, actores. ¿Razón? Cualquiera de esas palabras sirve de explicación. Puede que pierda lectores o visitantes. ¿A quién le importa? Como si es a nadie, incluido yo.

He vuelto de vacaciones (estupendas a mi manera, como casi siempre) y he retomado el trabajo, en el que escribo a diario. He llegado a un punto en el que me cuesta incluso escribir con fluidez o convertir los hechos o las ideas en las palabras adecuadas. Lo voy notando y me cuesta admitirlo. Incluso en los escritos más recientes del blog. Así que voy a bajarme del vagón una temporada. A lo mejor un día una vieja o nueva canción me conmueve y me anima a darle de nuevo al teclado para ensalzarla. A lo mejor otro día ocurre lo mismo con una película. Pero de momento creo que sólo me asalta la necesidad (impaciente o comedida, ya se verá) de darle rienda suelta a la cabeza para tratar de otorgar coherencia a esos “varios y desvaríos” que deposito de vez en cuando en este espacio. Como este.

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