Me gusta pensar que Burns, Convertino y el grupo de estupendos músicos que reclutan son como unos amigos que nunca te fallan, y que cada vez que los invitas a comer o a cenar en vez de presentarse con una botella de vino o unos pasteles te entregan una bandeja de hermosas canciones para saborear a la hora de cualquier postre. Carried to dust (Quarterstick, 2008) es otro sabroso colofón a la velada.No encuentro mejor forma de referirme a este disco que como en este otro blog ya lo ha hecho otro cronista, otro gran oyente con un oído más fino… otra víctima del embrujo de Calexico.
Noya: 8/10
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