Son muchas las charlas musicales enriquecedoras que unen a los amigos del Tribeca. Cuando el maestro se encuentra ocupado en otras tareas Jose y yo nos enfrascamos en un carrusel de temas diversos que a menudo acaban por sacar a colación a nuestros productores musicales favoritos. Vamos, de producción entiendo lo justo, diría, pero Jose lidia más cerca con este tipo de trabajos. El caso es que muchas veces alabamos la obra de algunos de nuestros artistas admirados más por la incidencia de su productor que por los méritos sobrados de un solista o una banda. No son objeto de debate, son nuestros otros genios detrás de los discos, Rick Rubin y Brendan O’Brien.
Rick y Brendan, dos de los productores de más nombre, respeto y prestigio de las últimas dos décadas, han estado a los mandos de algunas de las creaciones más trascendentes de finales de siglo y comienzos de 2000. El repaso a sus discografías describe su trabajo perfectamente.
A Rick Rubin, el grueso barbudo de la fusión, tenemos que agradecerle, por encima de cualquier gran trabajo de su cosecha, que resucitara a Johnny Cash antes de que nos dejara. Desde 1994 hasta 2003, Rubin extrajo del hombre de negro el testamento más desnudo, sincero y arrebatador que una leyenda de la música puede dejar a quienes aún seguimos en el camino, las cuatro grabaciones de la colección American Recordings y un sinfín de temas ajenos recopilados en una caja de cinco discos fundamentales. Rubin sentó a un cansado Cash en el estudio para extraer de él sus entrañas en la interpretación de canciones que no eran suyas sino de gente tan dispar y apartada del entorno de Cash como Depeche Mode, Sting, Bob Marley o Nine Inch Nails. El viejo mito y Rubin revistieron las canciones para incluso mejorarlas, les quitaron la ropa para volverlas a vestirlas con telas y adornos suaves, más tenues y ligeros. Hizo lo mismo el productor con Donovan y ahora acaba de repetir el experimento de manera igualmente brillante con otro músico que parecía caduco como Neil Diamond.
Pero Rick Rubin se ha ganado su sueldo y el prestigio como arquitecto de la fusión y cómodo experimentador de estilos, ya que en sus comienzos neoyorquinos a mediados de los ochenta en el sello Def Jam fue saltando del hip hop (LL Cool J) hasta agitar con éxito el rap con el heavy rock para descubrir al mundo a los raperos blancos Beastie Boys. Con Rum DMC y la versión renovada y popularizada del Walk this way de Aerosmith, Rubin empezó a ganar su fama de mago de la mesa de producción. Dejó Def Jam poco después para crear Def American en Los Angeles y por su estudio fueron entrando y saliendo The Cult, Danzig, Slayer, AC/DC, System of a Down, Limp Bizkit y los Red Hot Chili Peppers, a quienes Rubin desplazó del funky disparatado de sus comienzos al funky rock de estos días, aunque cada vez con menos lucidez. Grandes discos a las órdenes de Rubin han grabado también Tom Petty (Wildflowers) y Audioslave (Out of exile), aunque uno se pregunta qué le ha movido a echarle un cable a Weezer o a Shakira. Su agenda promete, porque se encuentra en el estudio con Metallica.
El sonido que Rubin suele dotar a sus trabajos se caracteriza por la decoración desnuda y la instrumentación simple, cuantos menos bisutería y grandilocuencia mejor, por eso quizá su mejor banda de estudio han sido los Heartbreakers de Tom Petty, presentes con Cash y ahora con Diamond. Incluso el ruido de Slipknot o Slayer ha estado más pulido y rebajado de suciedad en manos de Rubin.
Algo más recargado y cubierto de adornos suele ser, en cambio, el sello de Brendan O’Brien a lo largo de su también extensa producción. Surgido de los Georgia Satellites, la banda rockera y sureña de Dan Baird de la que fue componente, O’Brien enfatiza la presencia de los bajos y el impacto de la batería, aunque las guitarras acostumbran a encontrar un margen más grande de lucimiento, en músicos y grupos que se mueven en terrenos variados pero menos experimentales.
Su unión a Pearl Jam, para quien ha mezclado y producido excelentes discos como Vs. y Vitalogy, es pareja a su relación no sólo con músicos de la escena grunge más o menos afines como Stone Temple Pilots (Purple), King’s X (Dogman), Rage Against the Machine (The battle of Los Angeles) o Neil Young (Mirrorball), pero no debe tapar su contacto con artistas de sonido más refinado como Matthew Sweet, Pete Droge, Dan Baird, The Wallflowers o el mismísimo Bruce Springsteen (The rising, Devils & Dust).
Cada uno a su manera, Rick Rubin y Brendan O’Brien, forman parte de la biografía diaria de la música rock. Ellos no salen a escena ni emocionan a las masas, no ocupan la portada de una revista, pero por su cerebro y sus manos pasa la materia prima de los grupos y cantantes que en mayor o menor medida nunca se olvidarán.
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5 comentarios:
Rick y Brendan, Brendan y Rick, que más da. Nombres sencillos incapaces de ilustrarnos la sabiduría de sus dueños hasta que Rubin y O’Brien se adhieren a ellos para consagrarse como los nombres de dos de los productores más grandes de los últimos años, aunque no me excedo si digo de todos los tiempos. Solamente hay que pararse a pensar en la barbaridad de millones de discos que estos dos señores, sin restar merito por supuesto a las bandas, han vendido en estos años, aunque cantidad no significa calidad pero este no es el caso.
Antes de seguir leyendo mira a tu adorada estantería donde guardas como trofeos todas tus inquietudes musicales en forma de cd … (esta bien Rulo) o vinilo, seguro que entre todas esas pequeñas grandes joyas hay alguna en la que cualquiera de estos dos señores aparecen en los títulos de crédito, es más mientras escribo estas líneas me acompañan a modo de banda sonora BRAD, otro día os explico de donde viene el nombre (si os interesa) que es una historia graciosa, con su disco Shame (mezclado por Brendan O’Brien). BRAD es un proyecto paralelo de Stone Gossard que activa cuando se pone a dieta de la “Mermelada de Perla” y que según cuenta la leyenda Gossard quedo tan encantado del trabajo de Brendan que recomendó, por no decir exigió que fuese el productor del siguiente redondo (nunca mejor dicho) de Pearl Jam, que no era otro que su aclamado Vs. Umm! podríamos retomar aquí la eterna discusión: Ten o Vs. uf! está difícil la elección, es como cuando te preguntan de pequeño si quieres más a papá o a mamá… ¿qué decir? En mi caso pasa un poco como con las listas de “los preferidos”, unas veces gana Ten y otras gana Vs. depende la época aunque para mi lleve una mínima e “indifference” ventaja Vs. sobre Ten. Desde esa primera colaboración en el año 1993 Brendan y Pearl Jam han seguido colaborando aunque el rol de Brendan ha variado en estos últimos años encargándose de las mezclas y colaborando con alguna guitarra o teclado, cediendo las labores de producción al propio grupo y Adam Kasper .
Es en este punto donde hallamos un nexo de unión entre los dos “invitados” a esta “sesión del Tribeca”, me explico, Rick y Brendan han colaborado juntos en diversos proyectos, Rick de productor y Brendan encargándose de las mezclas y la verdad el resultado ha sido impecable. Han sabido conjugar “Sangre, azúcar, sexo y magia” y “Salir de exilio” (entre otros) como nadie, para mi son el equipo perfecto para grabar un disco.
Hablemos ahora de Rick Rubin, el hombre tras la barba y gafas oscuras. Este gigantón al que la música de los últimos 25 años le debe tanto y nosotros como devoradores de melodías también. Tanto si te gusta el rap, el metal más extremo, el rock o el folk americano, el funk, el crossover,… (yo tengo este problema, aunque lo considero una bendición) en todo esto ha estado y esta metido “hasta las barbas” el señor Rubin (nada que ver con el Huracán). Visionario a mediados de los 80 como bien comenta Rubén creando su sello Def Jam y regalándonos grupos como Public Enemy, Beastie Boys, Run DMC, y tantos otros. No solamente del rap vive el Rubin… en el año 86 combina magistralmente lo que ahora vemos, mejor dicho oímos, sin que nos sueñe extraño y lo que en el momento provocó un alboroto generalizado por lo “imposible” del proyecto: combinar rock y rap en un tema. Se trata del Walk this way compuesto años antes por Aerosmith y a los que Rubin invita a colaborar con Run DMC para crear una nueva visión de ese Walk this way que cambiaria para siempre el concepto musical de finales de siglo abriendo fronteras ya exploradas en menor medida por Red Hot Chili Peppers, Fishbone o Faith No More.
Otro punto fuerte de su carrera, quizás el más álgido, es su colaboración con cuatros chavales alocados y tatuados que merodeaban las playas y colinas de la ciudad de Los Angeles: RED HOT CHILI PEPPERS. Los 90 acababan de empezar (lo que se nos venia encima…) en mi opinión ese comienzo de década es prácticamente insuperable musicalmente hablando y una de esas piedras angulares es la que nos dejarían para la posteridad los PEPPERS comandados por Rubin y Brendan: el gran “Blood Sugar Sex Magik”. El disco se gesto en una mansión por aquellos tiempos deshabitada en la cual se decía que residían fantasmas, de hecho algunas fotos que adornan el libreto interior del Blood Sugar…, en concreto las que son rojas están hechas para poder capturar esos fantasmas en imágenes y al parecer estos son esas manchas blancas difuminadas que aparecen en las mismas. Después de grabar con los PEPPERS Rubin decidió comprar la mansión y establecer en ella su centro de operaciones y es ahí donde registró los últimos acordes y alientos del difunto Johnny Cash después de haberlo rescatado del olvido, del que acaba de rescatar también ahora a Neil Diamond. También ahí fue capaza de ordenar los pensamientos internos de Mars Volta a modo de disco conceptual (De-Loused In The Comatorium). Ahora mismo se encuentra elaborando el nuevo trabajo de los PEPPERS que saldrá a principios de Mayo si no hay ningún contratiempo.
De Rick Rubin se podrían escribir párrafos y párrafos y siempre se nos quedaría algo en el teclado así que me parece más interesante plantear un par de cuestiones sobre lo que considero dos virtudes que tiene Rick Rubin: 1- la de rescatar a artistas venidos a menos musicalmente o incluso olvidados y 2- la de descubrir nuevos talentos o dar ese empujón definitivo a una banda a la que le falta el chasquido de unos dedos para convertirse en grande.
1- ¿Qué artista o banda “olvidada” dejarías en manos de Rick Rubin?
2- ¿Qué banda o artista actual te gustaría que produjese el señor Rubin?
Mi respuesta a la primera pregunta sería en un principio sin rebuscar demasiado en mi memoria a NEIL YONG que aunque no esta olvidado ni acabado creo que le vendría bien un empujón del amigo Rubin y domesticar entre los dos al “caballo loco”. Otra opción seria en su hipotética reunión: a LED ZEPPELIN, encontrando al batería adecuado (quizás Dave Grohl). No se me ocurre nadie más capacitado en el planeta que Rick para captar todo lo que esta banda ofreció en su momento. Y en cuanto a la segunda pudieran ser o TOOL o INCUBUS o incluso QUEENS OF THE STONE AGE. Y al margen de esto ¿por qué no los propios U2? de los que el propio Rubin parece haber comentado que le gustaría trabajar con ellos, seria interesante ver como los saca del “taller” donde se dedican a desmantelar bombas atómicas cómodamente sentados en asientos de cuero blanco. Hoy han sido estos mis elegidos quizás mañana sean otros. No perdáis la oportunidad de compartir líneas en este espacio respondiendo a estas preguntas o comentando cualquiera de las secciones con las que el gran Rubén nos ameniza esas horas en las que navegamos sentados frente al ordenador sin rumbo ni horizonte.
Gracias otra vez, divino codino. Sus largas parrafadas son un complemento perfecto para mis posts. Hacemos una gran pareja bloggero-musical, sin duda alguna.
Sus preguntas me parecen muy interesantes. Ahí van mis respuestas:
1. Blind Melon (resurgidos y recompuestos) y Jane's Addiction.
2. Bob Dylan y Morcheeba.
Seguiré escogiendo temas para darle luego rienda suelta, caballo loco.
Si señor que grandes elecciones, como siempre, Don Rubén. Yo había pensado también en Dylan pero prefería cederos el honor a usted o al señor Dufresne y veo que no me equivocaba. Y en cuanto a las otras bandas comentadas que decir que no se haya dicho ya: Jane’s Addiction, Morcheeba y Blind Melon, estos nombres hablan por si mismos. Solamente añadir una cosa: ¡CUANTO SE ECHA DE MENOS A SHANNON HOON!
Haber si el resto de lectores se animan y nos ponen aquí sus bandas…
Las dos preguntas propuestas las contestaré en una sola:
Bruce Springsteen,Dire Straits,U2,Lou Reed,Rosendo...
Bruce Springsteen:se echa de menos el sonido del Darkness,o del The wild o incluso del Greetings.Si,si,O´Brien ya produjo para el boss
Dire Straits:vaya aburrimiento el Knopfler en solitario,siempre el mismo ritmo,música desangelada,el mejor somnífero después de los documentales de la 2(q por cierto me parecen más interesantes que la música actual de este señor).Que pena que se haya olvidado que su rincón el la música existe gracias al sonido "Strait".
U2:que me perdone Dufresne,pero cómo echo de menos discos como el Achtung.Qué pasaría si el HTDAAB fuese inventado por otros que no fueran u2? LA marca vende.Sinceramente me cansa el pasteleo y el riff barato a los que se han abonado u2 en los último tiempos.
Rosendo:si éste fuera de London town y no de Carabanchel...Propongo escribir al Rubin para que lo reclute
Lou Reed:¡qué me dices!¿Fue a SAntiago?¿y me dices que te aburrió??
Interesantes propuestas Gattuso, la verdad sería bonito poder escuchar que “documentos fonográficos” saldrían de estas colaboraciones. Quizás algún día las oigamos materializadas y podremos contrastar nuestras opiniones con lo elaborado por estos personajes que vamos invitando al post. Y a vosotros que leéis en la sombra os animo a no quedaros como “héroes del silencio” y comentéis vuestras opiniones.Keep on Rockin’.
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