¿Qué pasó con Skye Edwards, la solista original de Morcheeba, etérea voz en Big calm, estimulante bálsamo en Rome wasn’t built in a day? Eso me pregunté cuando disfruté de una forma diferente The Antidote, el fantástico último trabajo de la banda inglesa con otra mujer de cantar más robusto al frente. Por suerte, la negrita y sensible Skye no le ha dado la espalda a la música y en este 2006 publica con su nombre de pila su primer disco en solitario, Mind how you go, grabado en Los Angeles. Parece ser que tras superar una etapa de colapso creativo ha vuelto a recobrar la iluminación y trasladado sus emociones a las once atractivas canciones confesionales que reúne en su álbum de (re)presentación.
Morcheeba ha quedado atrás, pero no tanto, aún se aprecian sus huellas. El aire desahogado de los primeros discos de la banda de los hermanos Godfrey asoma tímidamente entre las notas de Mind how you go, un pop de texturas ambientales decorado por pinceles trip hop y sonido Bristol; pero el arreglista y productor Patrick Leonard, currante para Madonna, transforma la pacífica voz de Skye y sus relajadas composiciones en temas que se sienten como una brisa para el reposo, el preludio de una siesta. Un single de garantía, Love show, abre el disco, seguido por salteados cortes de intensidad en aumento pero moderada (Say Amen, What’s wrong with me), canciones arregladas con esmero y destreza (Stop complaining). Agradable, distendido, aunque no redondo, le falta el postre.
Nota: 7/10
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