martes, septiembre 30, 2025

VOLUME ONE 701: SAVING GRACE (ROBERT PLANT)


Decidme, ¿quién susurra hoy mejor que él en una canción?, ¿quién se tumba como él en la música para hacer reposar tan bien al oyente sin prisas? La última reaparición de Robert Plant en el siglo XXI viste de entrañable a este abuelo de leyenda, arropado por capas de folk, blues y rock que se fusionan como hechizos en un álbum de esos a los que le duran el sabor y crean largos regustos.

Salvo aquella espesa unión psicodélico-espacial que diera como resultado Lullaby... and the ceaseless roar en 2014, el tránsito de Plant por estas últimas dos décadas y media nos regala sociedades muy acertadas y discos muy notables, bien con Band of Joy, con Alison Krauss, ahora con Saving Grace, formación que da nombre un trabajo de versiones de hoy y de ayer que navega entre la tradición evocadora y el desafío de la actualización.

Saving Grace (Nonesuch, 2025) desvela de nuevo a ese Robert Plant sabio y resuelto, intrigante entre atmósferas cruzadas y sedoso en las voces relajadas, seductor siempre con la melena gastada al viento, camuflado entre banjos, acordeones, cellos, guitarras y percusiones brumosas. Flota en los surcos un aire de gospel crepuscular que bendice el ejemplar envejecimiento de un autor muy bien conservado.

Nota: 8/10 

domingo, septiembre 28, 2025

GREATEST HITS 375: DON'T YOU FORGET ABOUT ME (SIMPLE MINDS)

Qué tiernos éramos, ellos y nosotros, en sus ficciones y en nuestras vidas. Aquellos días del videoclub, el alquiler de comedias universitarias, inocentes unas picantes otras. Una de aquellas, sin pretenderlo, acabó en las vitrinas del culto. Quizá porque en sus cinco personajes nos identificábamos todos, en uno de ellos o en varios a la vez: la pija, el deportista, el pardillo, el inadaptado y la rarita, cada uno/una con sus variantes. El club de los cinco, o cómo pasar un sábado castigados en el instituto.

Algunos nos quedamos con aquella canción, que nos envía a la película cuando la escuchamos cuarenta años después. "No te olvides de mí", pedían Jim Kerr y sus colegas en Simple Minds, un éxito pop que se convirtió en algo parecido a un himno generacional para quienes la música es algo que trasciende más allá de sus márgenes. 

viernes, septiembre 26, 2025

VOLUME ONE 700: NEON GREY MIDNIGHT GREEN (NEKO CASE)


Me tiene fascinado este álbum, me deja hambriento, con algo de gula, Neko Case. Comparo sensaciones con las de esa música que adviertes aventurada y primorosa cada vez que la escuchas y te deja con ganas de seguir apreciando nuevos deleites una vez más. Está bien, tiene misterio y sustancia, recursos y salidas inesperadas, giros que no ves venir, clímax. Y algo más que no consigues descifrar, algo parecido a un imperceptible y placentero desconcierto.

Al llegar a Neon grey midnight green (Anti-, 2025), su noveno disco si sacamos de la lista la deliciosa sociedad que en 2016 creó con Laura Veirs y k.d. Lang, la autora virginiana alcanza la montaña creativa de su carrera, justo después de quitarse los ropajes en una biografía publicada y llevando en el retrovisor a todos los músicos fallecidos que ha admirado. Ella sola en la sala de máquinas, con la pluma y las palancas.

En un álbum tan lúcido como otros, reconoces aquí a la cantante vigorosa que siempre ha sido Neko Case, esta vez huyendo de conformismos, entregada a canciones que desprenden osadía, fe, inquietud y también bienestar. Con esa gran virtud que, por ejemplo, se encuentra en los discos de Jonathan Wilson, la de convertir la dificultad en algo natural y muy bien facturado.

Nota: 8/10 

martes, septiembre 23, 2025

VOLUME ONE 699: STREETS OF YOUR TOWN (JOSH ROUSE)


La vida parece más bonita si le pone música Josh Rouse. Y apenas te das cuenta. Porque el bueno de Josh es de esos selectos artesanos cuyas habilidades fluyen sin notarse. Un tipo tan callado, discreto, tímido en sus contornos, encierra un exquisito fabricante de joyas musicales. Siempre lo he visto así, cuando se confundía en el anonimato de su Nebraska natal en sus primeros álbumes y cuando seguía escondiéndose en su hogar valenciano, ya hace más de dos décadas.

No ha hecho mucho Josh por exhibirse, por salir de su confortable humildad. Cada cierto tiempo te enteras de que tiene nuevas canciones y de repente te lo encuentras en su decimocuarto disco, surgido así como de la nada, de tapadillo, entre las novedades inadvertidas en segundo y tercer plano. Este Streets of your town (2025) que toma el título del éxito de los Go-Betweens coge prestadas esta y otras canciones ajenas para juntar una modesta colección de versiones (Nick Lowe, The Blue Nile, Jackson Browne).

Domina la acústica, algún lujoso malabarismo eléctrico, un frívolo jueguecito sonoro como despedida, y, de nuevo, la sensación de que Josh Rouse no necesita hacer trabajos memorables para ofrecer música muy agradable.

Nota: 7/10 

viernes, septiembre 19, 2025

BOOTLEG SERIES 137: SAM Y BEN, CAPÍTULO 2


La larga amistad de Sam Beam (Iron & Wine) y Ben Bridwell (Band of Horses) desemboca en una segunda entrega de versiones frágiles y a la vez atrevidas, íntimas en hechura y fondo, diez años después de su primera colaboración discográfica: Sing into my mouth (2015) era un LP, una pena que Making good time (Black Crickett, 2025) sea un EP de cinco cortes. 
Nada que lamentar en profundidad: parte de esos temas elegidos no encajan en las llanuras recorridas por Sam y Ben en sus respectivas carreras, pero se transforman en delicias familiares, con sus escorzos y estiramientos reconocibles. No importa que sean U2, Roxy Music, Foreigner o boygenius los patrones escogidos. Los dos músicos, agrupados en el estudio de Brad Cook, dibujan hermosas versiones para escuchar en reposo y satisfacción.

martes, septiembre 16, 2025

BUTCH Y SUNDANCE

Ahora caemos todos con aquel salto, en un grito liberador antes de mojarnos. Guapos, queridos, inmortales. Inalcanzables en su magnetismo. Creíamos que vivirían para siempre. Cuando los veo así, cercanos y reales, lo pienso.

Hoy se habrán reencontrado Paul y Robert, Butch y Sundance, en lo alto del desfiladero. Buscaban un destino; en sus películas lo buscábamos nosotros. Nadie ha sido tan grande como ellos en la pantalla. El viaje ha sido una gozada. 

Un homenaje repetido. 

jueves, septiembre 11, 2025

VOLUME ONE 698: DOUBLE INFINITY (BIG THIEF)


Sabía que este día llegaría, que acabaría por elogiar a Big Thief después de no dar conseguida mi aprobación. Ni al principio cuando del vasto vivero creativo de Brooklyn merecían las más encendidas reseñas, ni cuando sin perder su independencia sobresalieron hasta la mayor y más ambiciosa de sus propuestas, el doble y hastioso álbum Dragon new warm mountain I believe in you (2022), fui incapaz de conectar con esta banda. ¿Por qué? Pues las respuestas se ajustan a parcas explicaciones: porque no; si buscaba justificar más mi rechazo, no encontraba otras razones.

Pero al mismo tiempo esa falta de atractivo que veía en el grupo sabía que no sería permanente: intuyo que en algún momento acabaré encontrándole la gracia. Si antes no me convencía en absoluto Big Thief porque no, con Double infinity (4AD, 2025) ahora cambio totalmente de opinión. ¿Y eso a qué se debe? Ve tú a saber, podría responder. Porque sí. Hay un reposo líquido en este disco, una interacción climática entre voces, instrumentos, letras y ambientes que lo convierten en una viciosa satisfacción. Esta vez sí.

Nota: 7,5/10 

martes, septiembre 09, 2025

LIVE IN 314: LAS CANTANTES DE LA FAMILIA GUTHRIE

Llegan a mi ciudad, saturada de festivales masivos, agraciada con ciclos modestos como este Elas Son Artistas, tres mujeres de la misma familia.

No conocieron a su abuelo, a su bisabuelo, pero han crecido con sus canciones, viven con su mensaje, cuando las guitarras eran máquinas que mataban fascistas y la música relataba y denunciaba miserias. Serena y Robin son primas. La madre de una y la tía de otra es Sarah Lee. Juntas, cantan de maravilla. Son miembros de la familia Guthrie.

En la sala Mardi Gras de A Coruña, fin de gira española, se hizo el silencio para escuchar cómo aquellas viejas canciones eran aprendidas, cómo otras nuevas fueron naciendo a través de la sangre de una saga que define un país. Sarah Lee dormía en las fundas de las guitarras, Robin y Serena se hicieron mujeres en la carretera, en los bares, unidas por una música que corre por sus venas. Sus voces se integran con imperceptible suavidad, duermen las canciones, las miman. No tienen música editada, la llevan dentro.

Éramos una decena de rockeros en la sala, absortos en música de autor, callados porque cantaban y contaban cosas las herederas de Woody Guthrie

VOLUME ONE 697: A MATTER OF TIME (FUN LOVIN' CRIMINALS)


Cuando nos sorprenden los retornos tardíos (Pulp como ejemplo reciente) nos sentimos un tanto despistados al principio, sin adivinar qué nos podemos encontrar: una reafirmación de confianza, un giro escéptico hacia la desidia. Con el regreso de Fun Lovin' Criminals, con nueva formación sin variar el formato de trío y veinte años después de aquel Livin' in the city, debemos celebrar el reencuentro con lo esperado. En este caso es garantía, seguramente por cuenta de una banda que no admite, aunque se haya demorado tanto, experimentos impredecibles.


Aunque hayan pasado dos décadas, aunque Huey Morgan ya no esté al frente, FLC conserva en A matter of time (DiFontaine Recordings, 2025) el groove cool, entre macarra y elegante, con el que trazaron una carrera de solo seis álbumes. Del primer al último corte navegamos por corrientes reconocibles (funk granulado, rock fulminante) que nos llevan a calles peligrosas, garitos oscuros y negocios turbios a los que el grupo ha puesto banda sonora. Mafia, NYC, ahí suenan los Criminals. Funciona bien esta reaparición, reconfortante por cuanto ofrece lo esperado; no había que demandar más.

Nota: 7/10 

sábado, septiembre 06, 2025

GREATEST HITS 364: WHEN LOVE COMES TO TOWN (U2)

Pues sí, aquellos irlandeses famosos conquistaron América entrando en sus tripas. Años antes habían clavado la bandera de su domingo sangriento en el desierto de Red Rocks; junto al árbol de Joshua se habían retratado muy serios, encaramados en un éxito envidiable, en alta velocidad; con el álbum aquel, crearon el suficiente barullo como para ganarse a los escépticos, cabalgando en el dólar, a orillas del Mississippi, en los estudios Sun, cantándole a Harlem y sus ángeles, compartiendo micro con Dylan y con BB King. El amor llegaba a la ciudad, y allí estaban U2 en blanco y negro como unos críos dichosos en la misma habitación que ocupaban Lucille y su dueño.