Decidme, ¿quién susurra hoy mejor que él en una canción?, ¿quién se tumba como él en la música para hacer reposar tan bien al oyente sin prisas? La última reaparición de Robert Plant en el siglo XXI viste de entrañable a este abuelo de leyenda, arropado por capas de folk, blues y rock que se fusionan como hechizos en un álbum de esos a los que le duran el sabor y crean largos regustos.
Salvo aquella espesa unión psicodélico-espacial que diera como resultado Lullaby... and the ceaseless roar en 2014, el tránsito de Plant por estas últimas dos décadas y media nos regala sociedades muy acertadas y discos muy notables, bien con Band of Joy, con Alison Krauss, ahora con Saving Grace, formación que da nombre un trabajo de versiones de hoy y de ayer que navega entre la tradición evocadora y el desafío de la actualización.
Saving Grace (Nonesuch, 2025) desvela de nuevo a ese Robert Plant sabio y resuelto, intrigante entre atmósferas cruzadas y sedoso en las voces relajadas, seductor siempre con la melena gastada al viento, camuflado entre banjos, acordeones, cellos, guitarras y percusiones brumosas. Flota en los surcos un aire de gospel crepuscular que bendice el ejemplar envejecimiento de un autor muy bien conservado.
Nota: 8/10

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