El verano no acostumbra a dejar novedades memorables en las discografías, reservadas en general para las épocas reflexivas del otoño y la primavera. Pues esto no va con Ray LaMontagne, quien a lo pronto alcanza las dos décadas de profesión ante el micrófono y en la composición. Nueve álbumes suma en este periodo de altos y bajos, estable con sus dos últimas entregas, obras parejas, de una modestia eficaz, sin riesgos con los que desviarse como en trabajos anteriores. Este Long way home (Orchard, 2024) estival posee un magnetismo contenido, el que nace de grabaciones sencillas en hogares convertidos en estudios y con dos o tres colaboraciones, las Secret Sisters incluidas. LaMontagne despacha en menos de 32 minutos una escueta colección de pulidas canciones que remiten, en el fondo, a Mr. Young, la Creedence o las agradables brisas del soul, entre otros referentes. Pero sin desprenderse el autor de su propio norte, reorientado en el camino recto de los brillantes secundarios.
Nota: 7,5/10
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