¿Qué más compartir de este señor? No soy de los que saben la hora exacta en que nació (un 24 de mayo de hace muchos años) ni el nombre del hospital en el que llegó al mundo, pero sí soy de los que alguna vez se lo imagina en pijama leyendo en la cama o escogiendo congelados en un supermercado.
Lejos del escenario cae la rendición a las divinidades, aunque nos resulte difícil despojarlas de su aura solo por ser quienes son, por alumbrarnos o lavarnos con sus canciones. Si entro en ellas y viajo entre sus estrofas, aún consigo recordar mi ansia inocente por conocer el universo sobre el que me haría dar vueltas.
Hace casi un año nos veíamos en Oporto, y si fuera posible te volvería a ver y a escuchar. Retrocedería a la primera vez, a la primera aguja que hizo que tuvieras sentido para mí. Hoy volveré a poner uno de tus temas. ¿Cuál? Cualquiera vale, sí, con los ojos cerrados. Uno que sirva de refugio frente a la tormenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario