domingo, septiembre 25, 2022

VOLUME ONE 615: WEATHER ALIVE (BETH ORTON)


Una canción, Stolen car, y un disco, Central reservation, me atraparon en su día (quizá lo conté en estas líneas, no recuerdo). Con el tema y el álbum, Beth Orton me ganó, y en los años siguientes me fui dejando vencer por la británica. Llamaba a mi puerta cada cierto tiempo, dejándolo pasar con calma, ofreciéndome un reposo lánguido, una templanza climática a base de dosis modestas de indie y electrónica que se multiplica en su nuevo trabajo, Weather alive (Partisan, 2022), una colección de canciones donde me tumbo para perderme en un estable sueño.

En una comparativa así, la música de Beth Orton en su último disco se despliega como una sábana de bienestar recién planchada, sin arruga alguna, casi uniforme en su recitado, doliente al cantar, a punto de romperse o ahogarse en su absorbente pereza. Son ocho cortes que transcurren sin sobresaltos, de entresijos sonoros sutiles (Weather alive, Forever young, Haunted satellite, Arms around a memory) que me dejan postrado de nuevo ante la tierna Beth.

Nota: 8,5/10

miércoles, septiembre 21, 2022

SOUNDTRACK 269: THE UNKNOWN TOUR

Este es un proyecto precioso, una causa maravillosa, una forma de rendir admiración y culto al noble arte de crear música. Lo conducen los ocupantes de la casa rodante de la imagen, el centro de locomoción y operaciones de cinco jóvenes que hace unos años recorrieron unos 10.000 kilómetros de ida y vuelta entre Los Angeles y Nueva York, por el sur y luego por el norte, para dar relieve a cantantes anónimos repartidos por Estados Unidos y ensamblar con sus voces e instrumentos en los ordenadores de su autocaravana una docena de canciones originales. Lo recoge el documental The Unknown Tour.

La fórmula parece compleja, requiere precisión y seguro que un uso milagroso de la tecnología. En cada tema intervienen unos cinco o seis músicos desconocidos que son grabados interpretando sus partes (con voz o guitarras, bajos, teclados, viento o percusión), uno en Boston o Detroit, otro en Milwaukee o Nashville, otra en Atlanta o Nueva Orleans... La mezcla es prodigiosa, emocionante en algún caso, solo de pensar que esas personas no se conocen ni han estado nunca frente a frente y están cantando la misma canción, culminada en una mezcla magistral que surge del poder indescriptible de la música.

lunes, septiembre 19, 2022

VOLUME TWO 116: TALK TALK


Siempre son bien recibidos en este blog los músicos que respiran en los márgenes, de trazado fino y flexión corta, que por una u otra razón han perdido huella o la han dejado solo en el recuerdo de unos pocos. Su eco, a veces, ronronea. Hablamos (nunca mejor dicho) esta vez de Talk Talk. Su década de rodaje, entre 1980 y 1990, los desdibuja en el tiempo, nubla su música, confunde su estilo (porque nunca quisieron hacerse evidentes); su legado de cinco álbumes da forma a un grupo esquivo, difícil de conformarse. Escuchando su último trabajo, Laughing stock, ya con fecha en tiempo de defunción, 1991, no sorprende que todo acabara ahí. Enfado con la discográfica, renuncia a la comercialidad, refugio en zonas de penumbra, música compleja, estructuras jazzísticas... y te deja aturdido el golpe, entre la evasión flotante y las ganas de escapar corriendo.

Mark Hollis era el líder de la banda. En sus primeros dos álbumes había más sintetizador y los chicos podrían haberse incluido en la larga cadena de grupos británicos que sabían exprimir el jugo sabroso del pop (piensen en Soft Cell, Duran Duran o Tears for Fears). Con The color of spring alcanzaron su año de esplendor, 1986. Ahí debió pensar Hollis que podrían enfocar otras perspectivas musicales y el grupo derivó en un combinado más oscuro que acabaría por alimentar a herederos del obtuso territorio del post-rock. El hombre sobrevivió a la disolución con un solo álbum pocos años después y dos décadas más tarde fallecía sin que hubiera explicaciones. Talk Talk ya llevaban mucho tiempo enterrados sin que casi nadie encendiera una vela por ellos.

jueves, septiembre 15, 2022

VOLUME ONE 614: YOUNG BLOOD (MARCUS KING)


Quién sabe si algún día lo llamaremos el Rey Marcus.

Los sabios y fiables comentarios del portal Allmusic, enciclopedia musical de referencia y cabecera, son con mucha frecuencia el espejo en el que veo reflejadas mis impresiones con exactitud. Hay algunos firmantes afines, como Stephen Thomas Erlewine, cuyos textos me devuelven, sino mi propia escritura, lo que yo habría escrito sobre tal músico o tal álbum en este blog o cualquier otro soporte. Sirva de ejemplo su reseña elogiosa sobre el último trabajo de Marcus King, Young Blood (Easy Eye Sound, 2022).

Así que poco más que decir. El segundo disco del joven guitarrista (repito, aún es pronto para pronosticar si tendrá plaza en alguna realeza blues-rockera) lo vuelve a despojar de su banda original y lo asocia de nuevo con Dan Auerbach para encargarse de la producción. Y como este se retuerce de placer con las viejas humaredas del blues angosto (como demostró en Delta Kream con The Black Keys), la misma gasolina humeante mueve esta sangre joven de Marcus King. Hay pantano, hay autopista, campo, sudor y grasienta guitarra. Hay Creedence, Hendrix y Grand Funk en algún giro de la ruta. Hay dinamita.

Nota: 8/10

miércoles, septiembre 14, 2022

SOUNDTRACK 268: ANNA & JEAN (A PROPÓSITO DE JLG)

Otra muerte. Se apagan las cámaras. El cine sigue su curso, así como es o como nos quieren hacer creer que es. Los estudiosos sabrán, los analistas, los críticos expertos... Yo solo sé que Godard no me gustaba nada. Una docena de películas habré visto. ¿Con cuál me quedo? (...) ¿Y saben qué? Que si pienso en lo que su cine me deja, me quedo con el corte de pelo de Jean Seberg y con el baile en trío de Anna Karina.

domingo, septiembre 11, 2022

PALABRAS

Esos libros huérfanos... ¿qué pasa ahora con ellos? 

Hoy ha muerto un escritor, un autor importante. No me tenía entre sus seguidores. Me gustaba leer sus artículos, los que publicaba un dominical, pero no podía con sus novelas: la paciencia no me dio más que para tres y una colección de relatos entre los que hallé alguno realmente notable, eso sí. Podía crear pasiones, si me apuras las entiendo, y también causar algún odio feroz, que entiendo mejor... Pero por un momento, hoy al enterarme de su muerte, de la muerte de un escritor, me he parado a pensar en esos millones de palabras que en su vida ha escrito, en los argumentos que entregaron su vida al servicio de la literatura o a la reflexión sobre la realidad (fobias, injusticias, dolores, caprichos, tragedias). El arte, poliédrico y discutible, se queda con su legado y pierde aquello que aún le faltaba por escribir.

viernes, septiembre 09, 2022

VOLUME ONE 613: HORSEPOWER FOR THE STREETS (JONATHAN JEREMIAH)


Cuesta creer que haya músicos como este, Jonathan Jeremiah, a los que se les cueste descubrir y apreciar. Y cuando aparecen, sea tan escaso el seguimiento, tan futil el reconocimiento, pese a que el autor permanezca como agazapado en la excelencia. Por razones de una u otra especie, al final cada uno tiene lo que se merece. Y los méritos de este británico propietario de una voz de barítono y de un gusto exquisito en el arreglo de canciones son los que hacen de su nuevo trabajo otro producto de digestión deliciosa. Horsepower for the streets (PIAS, 2022) trae de vuelta al londinense como orquestador de piezas de arrebatadora elegancia, cápsulas atemporales estampadas con soul y folk ajenas al presente y gustosas de climas a los que cálidas voces femeninas en los coros devuelven a sensuales imaginaciones ambientales de varias décadas atrás.

El álbum encuentra la inspiración en paisajes franceses y se graba en una iglesia de los Países Bajos con el protagonismo dominante y seductor de una orquesta de cuerda. Es esta apuesta de estilo, con el concurso de líneas de bajos burbujeantes que robustecen las canciones, es donde Jeremiah parece encontrarse más cómodo llegado al quinto capítulo de su obra. Difícil quedarse con un tema por encima de otro (Lucky, The rope o Cut a black diamond bien podrían tomar la delantera); difícil decir si este es superior o ligeramente inferior a sus trabajos precedentes.

Nota: 8,5/10

jueves, septiembre 08, 2022

GREATEST HITS 295: ¡SALTA! (TEQUILA)

Puede que pasados los años, según qué canción, no nos sintamos mayores. Esta, saltando, bailando y guitarreando a la vez, parece no tener edad, su frescura permanece intacta y auténtica. Quizá no te acuerdes de cómo vibraba en ti cuando vestías aquellos vaqueros apretados y el pelo largo estaba mal visto en un chico un poco rebelde y contestón; ahora la asocias a los viajes en carretera por el norte y hacia abajo en Portugal, con el chaval siguiéndola en cada verso o bailándola con saltos al hacer una parada antes de lanzarse a la piscina. De paso, reescuchas Tequila y recuerdas que sí que eran (son) buenos de verdad. ¡Salta!