Me hubiera gustado encontrar una actuación grabada de esta canción, un videoclip para ver en acción a Christine McVie. Conformémonos unos minutos con este audio. Lo merece The challenge, un diamante fabricado con esmero por su autora y lucido con esa elegancia que deja una larga estela de distinción. Esos coros suaves que acompañan a Christine arrastran como bendita marea hacia el núcleo de esta canción perfecta. El año era 1984. El álbum, el primero que firmaba ella (se había estrenado más de una década antes con su apellido natural, Christine Perfect) después de que otros miembros de Fleetwood Mac ya se hubieran lanzado a solitarias aventuras. El disco llegó y pasó sin hacer ruido, es una curiosidad sin más. Pero contiene esta especial The challenge.
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