La vista atrás, 27 años atrás, qué jóvenes éramos todos. Las canciones de este disco las pinchaban mucho en Radio 3 en 1995, antes de que estuviera en las tiendas y también después. Recuerdo un sábado por la tarde en la residencia de estudiantes, allá por el final del curso... Foo Fighters, una nueva banda, el refugio comandado por el tipo que tocaba la batería en Nirvana, solo un año después de la desaparición de Cobain. A mí Nirvana ni fu ni fa (ni entonces ni ahora), pero por un breve tiempo me enganché a los temas de este nuevo grupo, yo, que estaba en la onda grunge y todo aquello. Foo Fighters, el disco, jugaba en la misma liga cuando el grunge empezaba a languidecer de vértigo, pero bromeaba también al despiste con algún fogonazo pop, y el nuevo grupo no tardaría en adscribirse a la competición de las grandes bandas de rock, estatus en el que aquel espabilado baterista, el ubicuo Dave Grohl, ha sabido consolidarse como uno de los jefes de la manada.
Veintesiete años después, aquel álbum conserva la apuesta por no desmarcarse de una fiebre grunge camino de la orfandad, pero se advierte cómo se abría espacios hacia territorios de mayor alcance. Gran parte de sus temas (I'll stick around, Good grief, Exhausted) se inyectan de una furia controlada que Grohl y sus chicos modularon bien en cada entrega que despacharon en los años siguientes, unas veces bien otras no tanto. Aquella vieja pistola especial aún dispara balas (o láser), aunque de fogueo.
2 comentarios:
Sin duda alguna es el disco del grupo que mas me gusta. No le pillo mucho el punto a la grandilocuencia actual ....
Nirvana no. Foo Fighters si. Fuerte. Mucho.
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