Esta es una triple relación con la música: como oyente y narrador, como trabajador y como músico y creador ("el relato periodístico, el industrial y el artístico", lo explica el autor en la introducción a los 80 capítulos, divididos cada uno en tres partes). Toma de tierra (Libros del KO) es un anecdotario, un diario, un libro de memorias. Se vive, se recuerda, se añora. Se disfruta sobre todo, como crónica de una profesión y como ejercicio de nostalgia. Escribe Bruno Galindo, de paseo por los músicos que entrevistó, por los artistas que promocionó; en las pocas horas que compartieron y en su relación de años. De Bono a Andrés Calamaro, pasando por Debbie Harry, Manu Chao, Iggy Pop, REM, Bowie, Miles Davis, Sabina, Patti Smith, Prince... El relato, el triple relato, abarca cuatro décadas, por eso en el presente nos deleitamos con las discográficas del pasado, las noches sin fin y fiestas sin límite, la compra de vinilos y la escucha de casetes, la aparición de los mp3 y las descargas en internet, la irrupción de Operación Triunfo y otra forma de vivir la música. ¿Existe todavía el rock?, te preguntas. ¿Puedo seguir disfrutando de la música en un festival? ¿Cuándo volveré a escuchar lo próximo que me vuele la cabeza?
martes, noviembre 02, 2021
TOMA DE TIERRA
Esta es una triple relación con la música: como oyente y narrador, como trabajador y como músico y creador ("el relato periodístico, el industrial y el artístico", lo explica el autor en la introducción a los 80 capítulos, divididos cada uno en tres partes). Toma de tierra (Libros del KO) es un anecdotario, un diario, un libro de memorias. Se vive, se recuerda, se añora. Se disfruta sobre todo, como crónica de una profesión y como ejercicio de nostalgia. Escribe Bruno Galindo, de paseo por los músicos que entrevistó, por los artistas que promocionó; en las pocas horas que compartieron y en su relación de años. De Bono a Andrés Calamaro, pasando por Debbie Harry, Manu Chao, Iggy Pop, REM, Bowie, Miles Davis, Sabina, Patti Smith, Prince... El relato, el triple relato, abarca cuatro décadas, por eso en el presente nos deleitamos con las discográficas del pasado, las noches sin fin y fiestas sin límite, la compra de vinilos y la escucha de casetes, la aparición de los mp3 y las descargas en internet, la irrupción de Operación Triunfo y otra forma de vivir la música. ¿Existe todavía el rock?, te preguntas. ¿Puedo seguir disfrutando de la música en un festival? ¿Cuándo volveré a escuchar lo próximo que me vuele la cabeza?
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