sábado, junio 15, 2019

VOLUME ONE 503: WESTERN STARS (BRUCE SPRINGSTEEN)

Y ahora, hoy, ¿qué le pedimos a Bruce Springsteen, que tanto nos ha dado ya? No me veo capaz de articular una reseña ordenada de lo que produce en mí su nuevo álbum, Western stars (Columbia, 2019), el primero con material nuevo en cinco años. Un disco sobre carreteras y autoestopistas, cafés, caballos salvajes, desierto, moteles, puestas de sol, trenes y caminantes... sobre America y su búsqueda de sí misma. Permitidme dejar unas cuantas ideas e impresiones, sin mucho orden, o en todo caso con un orden improvisado y particular.

¿Un disco de country? Country a distancia, tan limpio como el vaquero Springsteen fotografiado en el libreto del álbum, de coche y guitarra inmaculadas. Country de pose, sin autenticidad. No basta con el caballo indomable de la portada. ¿Dónde está el polvo?

Entre High hopes y Western stars el Boss ha terminado sus memorias y ha contado y cantado su vida cinco días a la semana durante dos años en un escenario de Broadway. ¿Qué tiene que contar? Confiesa que (de tanto viajar en el pasado) le mueve la nostalgia y la encuentra en la California playera y popera de finales de los 60, a la que se llega cruzando el desierto y un país entero.

¿Y eso se puede recuperar, revivir un tiempo y un lugar? El adorno para intentarlo es lo que envuelve la música de este disco, capas de cuerdas y arreglos con tendencia a la grandilocuencia que cubren finos sonidos acústicos, un maquillaje de gran producción en cinemascope cuando las intenciones piden cine más íntimo con presupuesto modesto. Springsteen debería ser menos Springsteen.

¿Canciones? No son cojonudas las de Western stars y ninguna de las buenas se retendrá en los años venideros. Las que se salvan de verdad (The wayfarer, Hello sunshine, Sundown, Moonlight Motel) dejan un pellizco agradable, y entre un buen arranque y un digno final queda un paréntesis de aburrimiento con clichés del autor que han perdido sabor, letras simplonas y débiles composiones (Western stars, Chasin' wild horses).

Lo mejor: la cubierta del disco; y The wayfarer.

Lo peor: la sensación de decepción; pensar, y saber, que Bruce lo sabe hacer mejor, y ahora es incapaz. 

Nota: 6/10

1 comentario:

J Aybar dijo...

Un rollo ....