jueves, marzo 28, 2019

LIVE IN 228: SAM, JOEY & JOHN


Hay amistades musicales que bendecimos quienes no formamos parte de ellas, pero que a distancia, desde nuestro ángulo de oyentes entregados, sentimos propias. Me pasa con Sam, Joey y John; es decir, Beam, Burns y Convertino; entiéndase, Iron & Wine y Calexico. No puedo evitar que me remueva la emoción al enterarme de su nuevo encuentro y al escuchar la primera de sus nuevas canciones en colaboración. Catorce años después de aquel breve y fabuloso álbum, In the reins, las bandas/los amigos han grabado nueva obra que presentarán juntos en gira. El disco se titula Years to burn y este adelanto, Father Mountain, me arroja al calor de su amistad.


viernes, marzo 22, 2019

SOUNDTRACK 227: REIR LA MUERTE: MUM Y AFTER LIFE

Nada hay más grave que la muerte. Y sobre esa gravedad el cine y la televisión, muchas veces, han querido aportar una capa de levedad, ofrecer una mirada desdramatizada, una sonrisa frente a la tragedia sin más pretensión que la de asumir con entereza la vida que aún tenemos por delante aquellos a los que aún no nos ha llegado la hora de marchar. Veo dos series inglesas estos días, dos comedias, unidas por ese vínculo mortuorio, en concreto por cómo afrontar la recuperación por la pérdida de quien más queremos: Mum y After life.


Vamos con Mum. Cathy, una deliciosa Lesley Manville (vista en El hilo invisible), pierde a su marido y trata de recomponer su vida junto a su hijo algo simple y bonachón; la novia de éste, una joven demasiado ingenua que comete un estropicio con solo abrir la boca; su hermano calzonazos y su nuera clasista y repugnante; sus suegros soeces en eterna bronca; y su amigo Michael (Peter Mullan), el mejor amigo de su esposo, en el fondo enamorado de ella. Seis capítulos por temporada, cada uno en el transcurso de un día en un mes concreto del año. La torpeza y el desagrado de sus personajes crea incomodidad, de esa con la que estás riendóte al mismo tiempo, y la historia avanza con el detallismo y la ternura adecuadas para darte cuenta de que la compañía es la mejor medicina para los golpes más fuertes de la vida.



Seguimos con After life, la última creación de Ricky Gervais, al que la ficción le convierte en un viudo permanentemente afligido por la soledad en la que se ha quedado. Los paseos con su perro, el consumo de drogas y su aburrido trabajo en un periódico local de una pequeña población inglesa no son consuelo para su personaje, hecho a medida para Gervais, proclive a soltar cualquier opinión cruel sin importarle el daño causado. Incorrecto y sagaz siempre, me encanta Ricky, y me emociona también. Pero en esta serie, también de seis episodios, tengo la impresión de que se ha quedado corto en su acidez, que puede más el drama que la comedia pese a sus rendijas de esperanza. Bonita pero escasa, inferior a todo lo demás (Extras, The Office, Life's too short y Derek).

martes, marzo 19, 2019

VOLUME ONE 496: GRENADES (KAIA KATER)

Hace poco el banjo de esta joven me invitó a ir más allá del impacto inicial; sabía que el flechazo no sería de una sola noche. En lo que escribí sobre ella hace casi dos años (lo que me sugería y transmitía, el peso de sus raíces, la intuición de su alcance) me ratifico hoy con otro álbum en su carrera, con el banjo menos a mano esta vez y con una propuesta más depurada. Hay dos temas que me agarran en Grenades (Folkways Smithsonian, 2018): New colossus y especialmente Grenades, en el que me encante bucear. Bajo, batería, teclado y guitarra se alían entre un mar de caricias para hilvanar canciones de sutileza penetrante, por las que la voz sedosa y algo distante de Kaia Kater se desliza entre doliente y compasiva. El resto, con dos fragmentos hablados, baja de altura sin desmerecer el conjunto.

Nota: 7/10


 

sábado, marzo 16, 2019

DANGER SOUND

Me parece curioso, sin ánimo de reproche, advertir cómo algunos músicos que en el momento en que surgieron o explosionaron apelaron a la aspereza de su rock para convertir en (efímera) tendencia la escasez instrumental o la contención expresiva (con cierta furia y efectivo impacto), pasado un tiempo han acabado rendidas a la incorporación a sus nuevos trabajos de capas sonoras que en su día eran impredecibles. Apuestas, por cierto, que no ensombrecen el conjunto de su obra, sino que la abrillantan, opino. Me apoyo en dos ejemplos para apuntar esta evolución, discutible si se quiere, en ambos casos con la presencia del mismo factor: Danger Mouse.

Porque el músico y productor neoyorquino está detrás de los últimos cuatro trabajos de The Black Keys y del álbum en solitario de Karen O, vocalista de la banda Yeah Yeah Yeahs. Una cualidad que tenían en común estos grupos cuando empezaron fue su parquedad, un sonido óxido y sin adornos que resultaba también cautivador. ¿Era art rock, o una nueva ola de punk rock aquello que salía de Rubber factory o Fever to tell? Llámese como se quiera. ¿Son art rock también discos como El Camino o Lux Prima, esta la obra de este año que firman Karon O y Danger Mouse


Los Black Keys han prolongado su carrera de forma inteligente, con renuncias a esencias originales o, en todo caso, maquillajes resultones, con lo que han ganado presencia y público y seguramente perdido gran parte de la antigua audiencia que los había venerado y hoy tacha de vendidos. La chica, por su parte, cada vez con más lustre y finura en los álbumes de su banda, ahora se viste de sofisticado enigma para poner voz a un álbum atmosférico, no redondo, envuelto en psicodelia electrónica al que Danger Mouse ha sabido dotar de misterioso clima.

martes, marzo 12, 2019

VOLUME ONE 495: GOLD IN A BRASS AGE (DAVID GRAY)


Números redondos: en 25 años David Gray ha llegado a la decena de discos con Gold in a brass age (Iht Records, 2019). Su música, con leves desniveles pero siempre alentadora, me mantiene próximo a él, y si graba algo nuevo le dedico mi tiempo con atención porque estoy convencido de que en la superficie o por debajo encontraré un fulgor de excitación. De su último álbum me agradan no pocos detalles; quizá el que más, la capacidad para crear frágiles texturas de pop con elementos un tanto desconcertantes (percusiones secas, finos caprichos sonoros con teclado) sin perder de vista una marca de identidad autoral que no es tan proclive a la experimentación. Se advierte en este disco una expresividad aparentemente contenida que fluye latente en formidables canciones (The sapling, Hall of mirrors, Hurricane season), como si el músico reservase fuerzas para llevar sus temas a momentos culminantes. Es un David Gray distinto que no deja de ser el mismo. Y que vuelve a ser estupendo.

Nota: 8/10

domingo, marzo 10, 2019

BONUS TRACK 205: LADY'S BRIDGE (RICHARD HAWLEY)

Repasando canciones que tenía grabadas por aquí y por allá, encuentro aislados de sus discos algunos temas de Richard Hawley. Más de una vez he tenido que recrearme en álbumes de este músico inglés para percatarme de cuánta calidad propagan, en especial aquellos que desvelan el perfil más elegante de su repertorio, el aire 'crooner' en que descansa su música, como se ha escrito a menudo y con acierto. Lady's Bridge (2007), su cuarto disco, está en este grupo. Hawley, de raíces familiares musicales, llenó este trabajo de referencias a su Sheffield natal con una colección de canciones suspendidas en el tiempo, como flotando en una niebla que se niega a salir de locales cargados de humo o a permanecer para siempre en húmedas calles donde siempre es de noche. Richard canta despacio y mima sus cuerdas en un ejercicio de seducción intrigante y contagiosa, como refrenda ese maravilloso tema final, The sun refused to shine.

viernes, marzo 08, 2019

miércoles, marzo 06, 2019

LIVE IN 227: HARTAZGO DE QUEEN


Uno asume que el mundo moderno y sus poderes de comunicación e influencia descargan con mayor o menor insistencia aquello que se impone, de lo que se habla o de lo que hay que hablar, de lo que no te puedes perder, llámese Netflix o Inditex, los goles de Ronaldo o de Messi, el procés o la nueva política, Rosalía o Queen. O nos dejamos tragar por la fuerza de la ola o salimos del mar y nos quedamos al borde de la orilla. Ahí en los márgenes trato de mantener yo con muchas de estas corrientes, que de tanto explotarse producen hartazgo. Y con Queen me harto.

No llegaré a repudiar Queen, en cierta medida fueron parte de mi aprendizaje musical y creo que algo les debo, un poquito de mi formación. Pero hoy el grupo (prácticamente desde que Freddy Mercury nos dejó y comenzó la maquinaria comercial de la marca Queen la obra y figura de su líder y de su banda por todas partes) es un producto del que he acabado distanciado tremendamente. Dos detalles.

Conviene escuchar un disco entero de Queen para apreciar la calidad de las canciones que se quedaron por detrás de sus grandes éxitos machacados sin piedad en competiciones deportivas, publicidad o películas. He hecho la prueba con News of the world, álbum de 1977 que contiene piezas mucho más satisfactorias que las dos con que arranca, We will rock you y We are the champions. Otro detalle: el reciente biopic sobre Mercury, esa flojísima película en la que la pretendida emoción/compasión que persigue solo asoma en alguna representación de sus canciones, Bohemian Rhapsody, contribuye a acentuar el rechazo que hoy (creo) muchos dedicamos a esta banda magnificada.

viernes, marzo 01, 2019

VOLUME TWO 94: DAN AUERBACH & EASY EYE SOUND

Estoy atento a lo que lleva su nombre: Dan Auerbach. E Easy Eye Sound merece desde luego un cercano seguimiento. El músico y productor, certero muchas veces dentro y fuera de The Black Keys, errático otras (con la formación The Arcs, a la mesa en aquel mal álbum de Ray Lamontagne, Supernova, creo que se titulaba), comanda el sello discográfico Easy Eye Sound, radicado en Nashville. A su amparo nos está descubriendo y promocionando a un elenco de músicos poco conocidos que en el pasado y en la tradición hallan sus fuentes de inspiración y cierto anhelo de recuperar imágenes vintage. Además da empleo bajo el mismo techo a veteranos músicos de sesión que han dado cuerpo a obras y éxitos de Johnny Cash, Dusty Springfield o Elvis. Quienes ya he tenido el gusto de conocer, aún pocos, me están pareciendo estupendos, lo que me anima a no perder de vista los productos con la estampa de Auerbach.

Robert Finley y Yola, por ejemplo, han grabado con Dan en Easy Eye Sound. Sus discos, Goin' Platinum! (2017) y Walk through fire (2019) respectivamente, nadan en blues grasiento o se tumban relajados sobre olas tranquilas de ese cóctel sugerente en el que se funden sin pelearse el country y el soul. Y son muy buenos trabajos: en el primero se nota la identidad sonora de su productor, en el segundo apenas, como ya pasaba en el propio último álbum de Dan, Waiting on a song, con el que inauguró su propio sello. Shannon Shaw, Sonny Smith, Dee White o Leo Bud Welch son otros autores que ya han pasado por el estudio y a los que acabaré echándole el lazo.