Hace poco el banjo de esta joven me invitó a ir más allá del impacto inicial; sabía que el flechazo no sería de una sola noche. En lo que escribí sobre ella hace casi dos años (lo que me sugería y transmitía, el peso de sus raíces, la intuición de su alcance) me ratifico hoy con otro álbum en su carrera, con el banjo menos a mano esta vez y con una propuesta más depurada. Hay dos temas que me agarran en Grenades (Folkways Smithsonian, 2018): New colossus y especialmente Grenades, en el que me encante bucear. Bajo, batería, teclado y guitarra se alían entre un mar de caricias para hilvanar canciones de sutileza penetrante, por las que la voz sedosa y algo distante de Kaia Kater se desliza entre doliente y compasiva. El resto, con dos fragmentos hablados, baja de altura sin desmerecer el conjunto.
Nota: 7/10
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