domingo, enero 20, 2019

SOUNDTRACK 224: BLAZE

El tercer largometraje dirigido por Ethan Hawke, Blaze, se detiene en Blaze Foley, un nombre en letra pequeña dentro de la música country americana, un inadaptado en el olvido. Con las memorias escritas de la pareja del músico como soporte, Hawke no apuesta por el biopic ni de corte convencional ni proclive a la inventiva, quizá porque no hay mucho en la vida de Blaze digno de que el cine lo recuerde a través del formato biográfico, sino por un homenaje íntimo, con crudeza y desesperanza, que sí trata de dignificar los sueños truncados de un forajido del country y el folk que no supo buscarse la suerte y dejó este mundo con un disparo en el pecho en 1989, antes de cumplir 40 años.

Hay cosas que me gustan en Blaze. El enfoque y los ángulos con que paseamos por algunas vivencias y desventuras del músico, a través de los recuerdos de sus amigos más íntimos, uno de ellos Townes van Zandt, o de la propia memoria de Blaze en sus últimos conciertos en garitos de mala muerte, cuando vuelve atrás para añorar los días en que vivía con Sybil en la profundidad de la naturaleza, en una casa en mitad del bosque. El tono crepuscular del relato, que lo sitúa en ambientes dignos del universo fracasado que tan bien retrataba John Huston (por momentos me acuerdo de su obra maestra Fat City). La dirección convincente de Ethan Hawke, certero cuando se pone romático, pese a dedicarle demasiado tiempo a los sollozos de Blaze y a dejarse llevar por algunas luces y filtros preciosistas. Y sobre todo el reparto, con Ben Dickey como Blaze transmitiendo hastío y desamparo, nostalgia y arrepentimiento; Alia Shawkat como Sybil, y el músico Charlie Sexton, espléndido como Van Zandt.

Pero hay también algo que no me gusta: el propio Blaze, un tipo autodestructivo vencido por el alcohol y el descontrol, agrio aunque se le quiera cubrir de bondad. Años después de su muerte se ha ensalzado en círculos menores la figura olvidada de Blaze Foley, músico triste y amargo al que en mi opinión no le hacía falta una buena película como esta, en el fondo una historia de amor.

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