lunes, enero 14, 2019

SOUNDTRACK 223: HERRMANN Y HITCHCOCK

Me han entrado unas ganas tremendas de volver a ver todas las películas de Hitchcock, sobre todo aquellas para las que Bernard Herrmann compuso su música: Vértigo, Los pájaros, Con la muerte en los talones, El hombre que sabía demasiado, Psicosis...

Pongo el play en el presente: acabo de ver el documental Hitchcock Truffaut, que recrea la elaboración de la entrevista que el cineasta francés le hizo al británico en los años sesenta y luego se convirtió en libro, imprescindible para todo cinéfilo y aconsejable para todo lector.

Rebobino: aquellas (y muchas) películas de Hitchcock las vi más de una vez después de que TVE las emitiese hace muchos años, cuando en ciclos presumía de una gran programación cinematográfica. El libro lo leí hace 25 años, aún conservo su edición de bolsillo.

Avanzo: he escuchado una selección de piezas de Herrmann para films de Hitchcock y de Truffaut, y de Welles, de Mankiewicz, de King, de De Palma y de Scorsese. Su música hipnotiza y avasalla, se derrite en melancolía y explota en señales de riesgo. Sí, es obra de genio.

Herrmann tenía mucho de genio: maniático, solitario, depresivo, agrio, obsesivo (quizá un genio también se muere justo después de tras terminar la música que le puso a Taxi Driver). Por eso era ideal para la perfección narrativa y estilística de las películas de Alfred Hitchcock, otro Artista (subrayo la mayúscula) genial.

Nadar sobre las aguas de la música de Bernard Herrmann, bucear bajo sus espesos mantos de lirismo y fiebre violenta, es entregarse al embrujo poderoso del cine. Es bella y deseable, pero siempre advierte de que acechan peligros en sus notas.

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