En Calexico, una banda de marcado ADN geográfico, con la línea de frontera americana y mexicana como referencia, coinciden varias coordenadas musicales. Siempre he recibido su obra como el ensamblaje estable de atmósferas adictivas en el que conviven apaciblemente el rock y el folk americanos con los sonidos penetrantes del folclore de México, con la puerta abierta para el country, el blues y variadas esencias rítmicas. El hilo del título de su último álbum, The thread that keeps us (Anti-, 2018), enlaza esas localizaciones y mestizajes sonoros hasta el punto de hacernos creer que más de un grupo pasa por el disco. ¿Reprochable? ¿Admirable? Me decanto por el elogio porque aunque faltan canciones sobresalientes el disco me gusta mucho. Sigo escuchando a Calexico, esa banda reconocible (Voices in the field, Flores y tamales) en sus escenarios desérticos que arroja luz a la aridez, esta vez con más arrugas y ruido de fondo, guitarras eléctricas espesas (Eyes wide awake) o con costra (Dead in the water) y funk en temas vibrantes (Another space, Under the wheels). Otro relato infalible de Burns y Convertino.
Nota: 7,5/10
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