lunes, mayo 16, 2016

BOOTLEG SERIES 49: EL BANJO DE KAIA

Una muestra de pulido mestizaje. La chica lleva sangre africana y caribeña, vino al mundo en Canadá y se empapó de la música folk de los Apalaches en West Virginia. Kaia Kater tiene 22 años y en un solo día grabó en Toronto Nine pin (2016), su segundo álbum. Percusión mínima, una voz que ahonda en tradiciones orales para liberar espíritus ancestrales e historias legendarias y entrega a un instrumento, el banjo. Pero de aquella manera. Las cuerdas, acariciadas, adoptan un papel más bien rítmico, un protagonismo rezagado, al dejarse acompañar las piezas de instrumentos de viento en clave desenchufada: una trompeta distante, un saxo al trote, o la vibración de un violín doliente. Si Kaia retorciese un grito diría a veces que la firma es del Tom Waits más rústico. La música adquiere un tono misterio, por momentos fantasmagórico. Pesa su desnudez en el disco, pero lo salpican unos cuantos temas redondos. Un descubrimiento inquietante.

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