miércoles, diciembre 18, 2013

SOUNDTRACK 139: HOMELAND (III)

Nos acostumbramos a creer que el enemigo estaba tan lejos, en otro país y en otra cultura, que no nos dimos cuenta de que en realidad el enemigo siempre estuvo en casa. Era el aliado, el mentor, el socio, el jefe. Era el soldado, el gendarme, la nación, los nuestros. Homeland nos ha demostrado que el mundo es un hogar cada día más inseguro y que no te puedes fiar ni de tu sombra. Podemos acabar muy enfermos, locos, si no nos llevamos la soga al cuello en cuanto todo se derrumba. Cuán poco hemos visto a alguien sonreír en esta serie.

Acaba de finalizar la tercera temporada. Han anunciado que habrá una cuarta, que será la última y que desaparecerán por fin personajes que ya no hacían falta, lo peor de la serie… pero creo que lo que no hace ya falta es que haya una cuarta temporada. Tal como termina la tercera, Homeland ha contado lo que tenía que contar, arrojado luz sobre lo que siempre se guarda en la sombra y cerrado un ciclo. Alargar la trama sería entrar en otra dimensión que desvirtuaría, creo, el sentido de las tres primeras etapas. Pero quién sabe…

Mientras me reservaba para ver la serie casi de un tirón, escuchaba algunas críticas. Las entiendo. Porque la historia se ralentiza primero y se precipita después; algunas situaciones tarda en resolverlas y otras las despacha de un plumazo, haciéndome cuestionar demasiado si las escapatorias son tan fáciles o si algunos personajes son de verdad tan estúpidos; unos pierden el carisma que tenían y a otros los guionistas no les dejan alimentarlo. No te coge de los huevos la serie como en las dos primeras temporadas, pero al final consigue mantenerte en vilo hasta el último instante. Me ha vuelto a gustar, pero viendo cómo respiran las esferas del poder y los servicios secretos y cómo en teoría se protege la seguridad nacional, te marchas a la cama pensando lo jodido que está todo.

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