Un joven
escritor de éxito en crisis creativa escribe el personaje de una joven
atractiva que un día se le aparece en su casa y se convierte en su novia. La
idea revive las mejores invenciones de Woody Allen, como la base de La rosa
púrpura de El Cairo. El propio Allen viene al recuerdo durante el visionado de
Ruby Sparks, comedia de enfoques y maneras distintas con leves aristas
dramáticas, bonita. Y da para bastante esa idea: para reflexionar sobre el dominio
de un creador sobre su obra y la obsesión que le puede ocasionar, sobre la
convivencia y la interacción, sobre las llanuras o los vericuetos del amor.
Me dio
buena espina esta película al ver su trailer. Dirige la pareja firmante de la entrañable Pequeña Miss Sunshine y el actor principal es un buen intérprete y un tío que
me cae bien, Paul Dano. El libreto corre a cargo de la joven actriz y
protagonista Zoe Kazan, nieta del gran director de cine Elia Kazan. Éramos dos
en la sala.
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