Hay espionaje, secretos de
Estado, amenaza terrorista, violencia física y furia interna en Homeland, en
sus personajes obsesivos que matan con miradas y silencios o se atrapan en su propia
soledad. Todo ello cocinado a fuego lento, como mejor se saborean los manjares
de la televisión. Los premios interpretativos que han ganado Claire Danes y
Damien Lewis son merecidísimos, entregada ella y perturbador él. Una serie
sobresaliente.
lunes, octubre 15, 2012
SOUNDTRACK 119: HOMELAND
La televisión contiene mercancías
de lujo, no pocas perlas de placentero consumo. Homeland fue la serie triunfadora
en la última edición de los premios Emmy. Lo celebro. Un marine (Damian Lewis) liberado
en Irak tras ser dado por desaparecido en una misión regresa a su país ocho
años después y se reencuentra con su familia. Una tenaz agente de la CIA
(Claire Danes), intrigada por este retorno, sigue sus movimientos y almacena
sospechas sobre lo que esconde su vuelta a casa. Tras el quinto episodio de la
primera temporada amagué con bajarme del tren, pero no me decidí a saltar del
vagón y llegué hasta el final de la vía. Hice muy bien. Cualesquiera
situaciones o escenarios a los que puede remitir el argumento se disipan o
desaparecen gracias al oficio que desprende esta serie (algunos de los mejores
directores de las TV series yanquis firman los episodios): su puesta en escena precisa
y elegante, la complejidad de los personajes y la seriedad y tensión con la que
la transmiten sus intérpretes…
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