Los tengo olvidados desde hace tiempo, me gustaron bastante aunque prefiero a colegas suyos que todavía me siguen entusiasmando. Soundgarden nunca lo logró, emocionarme, y no creo que lo consiga. Pero por alguna razón han irrumpido ahora sin ser invitados y puede que a partir de este momento los recuerde con una sonrisa y algún que otro bello recuerdo. Aunque sean Soundgarden.
No había sitio donde sentarse y era difícil apoyarse para pedir algo. Estaban sonando, una canción tras otra, de las mejores. Y qué bien sonaban. Nos hicimos un hueco y encontramos una cómoda esquina. Ya con las cervezas en la mano, y después con los tequilas, se estiró irresistible una cadena de agradables conversaciones, nada que guarde la historia. Lo que pasará a la historia de mi memoria será su belleza, de las más excitantes que han celebrado mis ojos hasta el momento. Y Burden in my hand (1996), ya a las puertas de la retirada de la banda, me lo recordará.
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