Dig, Lazarus, Dig!!! (Mute/Anti, 2008) es un coherente paso adelante después del embrutecido proyecto paralelo que fue el año pasado Grinderman. Por fortuna, Nick y sus malas semillas se domestican un poco sin dejar de conservar algunos feos gestos del trabajo anterior. El nuevo disco de Nick Cave guarda sorpresas en los instantes más inesperados: percusiones anómalas, guitarras chirriantes, coros forzados, breves interludios industriales u otros rizos que evitan lo previsible. Los adoradores del doble lienzo que componen Abattoir blues/The lyre of Orpheus (2004) se entusiasmarán con Hold on to yourself y Midnight man, aunque echarán de menos más atmósferas descansadas. Eso sí, cantar, ya no parece cantar Nick Cave, sino declamar como un profetizador del Apocalipsis extensas letras cubiertas de pasión.
Nota: por la mañana 7, por la noche 8.
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