sábado, febrero 09, 2008

VOLUME ONE 116: BRIGHTER THAN CREATION’S DARK (DRIVE-BY TRUCKERS)

Como esas películas que contienen escenas fascinantes e interpretaciones prodigiosas, pero... resbala el conjunto, el ritmo presenta altibajos, descartas metraje y días después ya te has olvidado del argumento o el desenlace (aunque no de esas escenas y protagonistas). A ellas comparo Brighter than creation’s dark (New West, 2008), el octavo disco de los grandes, siguen siendo grandes, Drive-by Truckers. Son músicos de altura, rockeros americanos de cuerpo y alma, los escuderos de Bettye Lavette el año pasado en el fantástico The scene of the crime, con Spooner Oldham ahora en los teclados, uno de esos viejos guerreros a los que los artistas más jóvenes (Cat Power incluida) rejuvenecen ahora.

Cuando canta Patterson Hood se encogen las canciones, estremecidas por su voz rasgada y sus letras nostálgicas (That man I shot, The righteous path o los sutiles temas de apertura y cierre son antológicos). Si es Mike Cooley el que habla se retuerce el acento sureño y el clima se contagia de los Stones tragando cervezas o jugando al billar, aunque si alguna de sus piezas hubiera quedado en el archivo nadie la habría echado en falta. Al chulito Jason, que se ha esfumado y ahora publica en solitario, lo reemplaza la bajista Shona con un par de bonitas melodías también al micro. La steel de John Neff lloriquea que es una pasada. The dirty south (2004) sigue siendo un listón que intima con las nubes. Brighter than creation’s dark, más reposado pero largo (¿por qué no lo dejasteis en trece o catorce temas?) flota en el aire como una ensoñación.

Nota: alta.

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