Habría que instaurar experimentos (pruebas, juegos, competiciones) como estos: versionar a los músicos más versionados de la historia y que los oyentes aprobasen y suspendiesen, con diferentes notas, a los intérpretes que se atreven a orientar viejas canciones hacia nuevos rumbos. Esto ocurre de siempre, y Lucinda Williams lleva unos años, desde que la salud no le deja rendir al cien por ciento, llenando de versiones de Dylan, los Stones y otros su propio jukebox. El séptimo volumen de esta especial caja musical presenta a la propia autora en los mismísimos estudios de Abbey Road de Londres para revivir (como miles de músicos de todo pelaje en cada rincón del planeta) media docena de canciones de The Beatles.
Así que no cuestionemos a una intérprete veterana de primera categoría por meterse en la piel de algunas de esas canciones que, como a muchos y muchas de su generación (y tantos que vinieron después), forjaron su personalidad y su oficio. Eso es lo que tiene Lucinda Williams Sings The Beatles from Abbey Road (2024), oficio, y respiración rockera, y emoción auténtica. Hacen vibrar, por ejemplo, Yer blues, Don't let me down y While my guitar gently weeps (¡cómo no!) pero enfrían Let it be o Something. Yo le doy un aprobado alto... será que los Beatles y yo no crecimos juntos.
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