Hay voces como la de Jolie Holland que son total desconcierto: suenan a murmullo o a desgana, se arrastran sensuales o narcotizadas en un balbuceo. No sé si está cansada o ausente, si a punto de despertarse o de entrar en sueño. También la música de Jolie Holland es un malabarismo de despiste, un truco imprevisible. Parece tosca en la corteza, pero encierra capas de calculada precisión. Haunted Mountain (Cinquefoil Records, 2023) concentra esa fascinación que en algunos despierta esta mujer, capaz de hechizarte con una voz que se encoge o se estira, una guitarra que se infla para abarcar un abrazo o un silbido que encierra melancolía. No hay como definirlo, se trata de sentirlo. Este álbum, trabajado en parte con Buck Meek, guitarrista miembro de Big Thief, mantiene vivo el seductor idilio con Jolie Holland.
Nota: 8/10
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