En Flora and son, ese mecanismo entre la música y los humanos une generaciones mediante contrastes: una guitarra acústica arreglada y programas para crear y grabar en el ordenador, acordes y bucles, un discurso melódico y un recitado rap, clases particulares (aunque online) y autoaprendizaje... una madre y un hijo. Ella vive de trabajos precarios y carga desde los 17 con un mocoso de 14 cuyo cuidado comparte con el padre del que se divorció; él es víctima de la apatía adolescente y de sus escarceos delictivos. Y esa vieja guitarra, de alguna manera, unirá a dos personajes que necesitan unirse.
Dice Flora (entrañable Eve Hewson, sensacional la hija de Bono) en la escena final: "Esta es una canción para las madres". Esta es una película para las madres. Un film hermoso, tierno como ese profesor que busca su canción (siempre majo Joseph Gordon-Levitt), conmovedor como esa canción de Joni Mitchell que derrama lágrimas, reparador como la música.
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