Teenage Fanclub es como el lugar al que no te cansas de ir de vacaciones. Puedes entregarte allí a la nostalgia o reponer fuerzas para enfrentarte al futuro, desconectar o fortalecerte. Los escoceses ofrecen en cada disco una dosis de estas sensaciones, como si custodiasen la fórmula que mantiene viva la juventud mientras suman primaveras. En Nothing lasts forever (Merge, 2023), el nuevo álbum que no verá la luz oficial hasta septiembre, el club de fans adolescente suena con la frescura vitalicia que siempre le acompaña, algo más frenado y reflexivo, quizá pensando hasta cuándo las cosas pueden durar antes de desaparecer. Norman Blake y los suyos se afanaron entre Glasgow y esa granja-estudio de Rockfield que tan buen rock ha fermentado desde los lejanos años setenta para grabar otro disco con huella propia, con ese pop-rock que cabalga entre épocas y tendencias sin perder el horizonte.
Nota: 7/10
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