Sin darnos cuenta, este hombre discreto, este sensacional guitarrista, M. Ward, anda ya por su docena de discos en algo más de dos décadas. No sé cuánto de extraordinario o de sobrenatural tiene el asunto, pero muchas veces tiendo a creer que músicos como él merecen ser ensalzados aparte. Quizá porque son una especie aparte, un espécimen difícil de encajar en un modelo concreto o sencillamente encajable en cualquiera. Supernatural thing (Anti-, 2023) es tan pop como indie (mézclense apellidos si se prefiere), con algún desvío country y algún otro jazz (mézclense entre ellos y con los anteriores, a su antojo), y es M. Ward una vez más: limpio y cristalino, amable y juguetón, capaz de que te rindas a sus cuerdas con arreglos deliciosos o de que le busques la sonrisa a la vida.
Nota: 8/10
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