martes, mayo 17, 2022

VOLUME ONE 602: THIS IS A PHOTOGRAPH (KEVIN MORBY)


Nos hemos acostumbrado a seguir de cerca a Kevin Morby. Desde Harlem River (2013), en su música advertimos destellos de alumno prodigioso, inquietudes de un talento que se sale de la corriente y una cierta ambición de momento controlada. No han sido pocas las semblanzas, reseñas y retratos que a Morby, tras dejar atrás las bandas de Brooklyn por las que pasó en la primera década del siglo (Woods, The Babies), lo meten en el mismo vestuario de inspiración y creación de Bob Dylan o Leonard Cohen. Con el tiempo, y los discos, las comparaciones, además de recurrentes, son acertadas. Pero hay que evitar el juego de los espejos para reconocer la validez auténtica de Morby, que pone de relieve con una exquisitez instrumental en cada álbum, algunas veces denso y monótono (Oh my God, Sundowner), otras veces sobresaliento y conmovedor: This is a photograph (Dead Oceans, 2022).

Aquí nos detenemos hoy. En un disco (déjenme incluir a Van Morrison en el listado de referentes) que nace de la familia y la enfermedad, de los recuerdos congelados en fotografías, de la búsqueda de uno mismo, de una ciudad, Memphis, que acoge y alienta, en la que se vive y sobrevive. Uno se agarra a la vida a pesar de que no inviten a ello títulos como It's over, Five easy pieces o Goodbye to good times, pero es la propia belleza de estos temas (prohibido olvidarse de A coat of butterflies, por favor) o la tensa exaltación de otros (This is a photograph, Bittersweet, TN, enternecido por la gentil voz de Erin Rae), lo que eleva este álbum, y a Kevin Morby, a la categoría de creación/creador, en efecto, prodigioso.

Nota: 9/10

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