miércoles, diciembre 15, 2021

HASTA LOS... DE LOS BEATLES


Para qué negarlo. Los niños nacieron con sus canciones y los hombres murieron con ellas. Su música, de una forma u otra, de mil formas, siempre está a nuestro lado, y generalmente eso es bueno. Pero, me estoy cansando un poquito, cada vez más, de la invasión Beatle. Verán...

Quizá sea el puto algoritmo ese que se convierte en nuestra sombra incrustado en el móvil, o la conspiración de los poderes invisibles que nos quieren dominar los hábitos y la mente a través del teléfono. A mí me pasa esto: juro y prometo que no busco nada en Google que tenga que ver con The Beatles, pero en el último mes cada vez que veo las noticias de diferentes medios (algunos que no consulto nunca) que aleatoriamente me saltan en la pantalla, unas 20 ó 25 noticias cada día, siempre hay un mínimo de tres que tienen que ver con los p... Beatles. Hasta seis la otra noche: una reseña del documental Get Back, un artículo que compara la banda con Elvis Presley, la reflexión de un cronista musical, una opinión de McCartney sobre otro músico, otra opinión de George Harrison sobre no recuerdo qué, un texto sobre Lennon y Ono.

Otro día esa conjunción indescifrable de elementos tecnológicos que opera en el aparato que llevamos pegado a la mano todo el día escoge noticias del tipo "el artista que más admira McCartney", "cinco cosas que no sabes de Harrison", "Ringo habla así de Yoko Ono", "los tres lugares que hay que conocer sobre los Beatles si vas a Liverpool"... como si todo esto fuera del interés de quienes ya hemos leído mucho sobre el grupo o de quien hoy (ilusos que somos) lo descubre y queda atrapado por su magia inexplicable.

La tormenta de informaciones sobre los Beatles no cesa desde que la plataforma Disney + estrenó el documental de Peter Jackson sobre los últimos días de la banda juntos, preparando el disco Let it be en una nave vacía del sur de Londres cuando aquella unión tenía pinta de hacerse pedazos más que de reforzarse. Son más de seis horas de las que no aguanté ni media hora, empachado en poco tiempo de ensayos, notas y acordes sueltos de canciones y diálogos (coherentes o no) de cuatro músicos (con el pegote al ganchillo de Yoko Ono sobre la chepa de Lennon) que ya no disfrutan como cuando eran críos. No sé ustedes, pero a mí me aburre mucho ver incluso a mis bandas favoritas ensayando en el íntimo círculo de su unión, prefiero la adrenalina del disco resultante o del directo de una gira.

Y sí, además estoy hasta los huevos de los Beatles y su persistente mercadotecnia y exposición mediática que subraya, reiterando hasta la saciedad, lo buenos y majos que eran y lo mucho que nos han influido y conmovido a todos (a los músicos y a los que no lo somos). Los mayores lo sabemos de sobra. Y los menores, hoy, (me temo que muchos) ya no están a estas cosas, para ellos el rock ha muerto o nunca existió. 

PD: La serie, también en Disney +, con McCartney dialogando con Rick Rubin mientras escuchan las canciones de The Beatles es otro peñazo.

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