Apuesto a que muchos nos enamoramos hace 32 años (¡dios, 32 años!) de aquella chica que con 21 años cantaba que no quería un amante, que solo necesitaba un amigo. Su flequillo caído a un lado, la forma de echárselo atrás para despejar la frente, la curva de su tabique nasal, la carne sensual de los labios... Era Sharleen Spiteri y se ponía al frente de un grupo nuevo que sonaba muy americano pero había nacido lejos del desierto, en la lluviosa Glasgow. Tomaron su nombre del film Paris, Texas, inspirados por las metálicas cuerdas dolientes de Ry Cooder para aquella inmortal banda sonora de la obra maestra de Wim Wenders, y esas guitarras afiladas adornaban aquel fantástico single inicial, I don't want a lover, y algunos temas más de su álbum de debut. Y qué debut, Southside (1989), que 32 años después se me deshace como fruta jugosa en el paladar.
El tema de presentación era una garantía pegajosa, pero los demás singles, y los que no lo fueron, eran tanto o más dignos de adicción: Thrill has gone, Everyday now, Fight the feeling. Fue un estreno ejemplar, irreprochable. Texas firmaron dos buenos discos más, Mothers heaven y Ricks Road, antes de apostar por un público más amplio que abrazase más el pop; el cambio me distanció del grupo, aunque en todos estos años Sharleen y Johnny McElhone han guardado espacio en sus álbumes para un par de estupendas canciones. Ella aún peina bien su flequillo, menos revoltoso a los 53 años.
1 comentario:
Joder tio ... es como si lo hubiese escrito yo. Subscribo cada letra!
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