El ajetreo de los días, la urgencia de los deberes cotidianos y el vicio por seguir consumiendo música actual no me dejan tiempo para entregarme a ese placer acogedor de hacer que el reloj se detenga en un disco viejo para repasarlo, para saborearlo. Ocurre que a veces me cuadra pasar frente a un antiguo café bien conservado en el que el desayuno se acompaña de un suave hilo musical clásico, con temas a los que el rock y el pop dieron creación en la década de los setenta. Ese tiempo que ocupan cinco o seis canciones mientras el café calienta el cuerpo se detiene en ese café. Lo paran Jefferson Airplane, Derek and the Dominos, Crosby, Stills & Nash, Donovan, America. Otro día son The Band, los hermanos Allman o Van Morrison. Vuelvo a casa, allí me esperan esas canciones para congelar el tiempo.
martes, diciembre 15, 2020
EL TIEMPO DETENIDO DE BUENA MAÑANA
El ajetreo de los días, la urgencia de los deberes cotidianos y el vicio por seguir consumiendo música actual no me dejan tiempo para entregarme a ese placer acogedor de hacer que el reloj se detenga en un disco viejo para repasarlo, para saborearlo. Ocurre que a veces me cuadra pasar frente a un antiguo café bien conservado en el que el desayuno se acompaña de un suave hilo musical clásico, con temas a los que el rock y el pop dieron creación en la década de los setenta. Ese tiempo que ocupan cinco o seis canciones mientras el café calienta el cuerpo se detiene en ese café. Lo paran Jefferson Airplane, Derek and the Dominos, Crosby, Stills & Nash, Donovan, America. Otro día son The Band, los hermanos Allman o Van Morrison. Vuelvo a casa, allí me esperan esas canciones para congelar el tiempo.
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