Varias veces he escrito que las voces femeninas en los terrenos del rock, pop y folk especialmente deben transmitirme una esencia diferenciadora para que me amolde a ellas y capten algo más que mi atención. Con ese timbre distinto percibo en ellas una personalidad de calado. Me ocurre eso ahora con Sarah Jarosz, uno de los tres vértices del grupo que hace dos años formó con Sara Watkins y Aoife O'Donovan, I'm With Her. Jarosz, texana afincada en New York, tiene gusto por el eco metálico y risueño que nace del banjo y la mandolina, instrumentos con los que perfila sus mejores canciones. En su quinto y último trabajo, World on the ground (Rounder Records, 2020), sobresalen composiciones con esas herramientas. El disco, sabroso y reconfortante, fue grabado durante las pesadas semanas de confinamiento y Sarah, que a veces me recuerda a Laura Veirs con más apego a la tradición, se apoyó en el productor John Leventhal (Rosanne Cash), con quien las cuerdas alcanzan una transparencia deliciosa.
Nota. 7/10
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