jueves, julio 21, 2016

SOUNDTRACK 186: MILES AHEAD

Si la música no avanza, es música muerta”.
 
Cien minutos se hacen insuficientes para exponer la magnitud de la obra y la figura de Miles Davis (La densidad y el detallismo en el que se apoyan las series de televisión convierten hoy el cine en un formato que deja en la superficie muchos de sus argumentos.) Puede que Don Cheadle no pretendiese darle relevancia al músico; pero si eso era lo que quería, se lamenta que se haya quedado tan escaso. El Miles Davis que traza y describe en Miles Ahead (2015), proyecto que coescribe, coproduce, dirige e interpreta, podría ser cualquier músico de notable talento, cualquier buen músico de jazz insatisfecho con los límites de los géneros del que no se hubiera escrito y dogmatizado tanto. Si es Davis es porque Cheadle se vuelca de lleno en meterse en la piel de Davis a partir de un episodio de la etapa más crítica de su biografía que le sirve de excusa para pasear mediante relámpagos de la memoria por un par de vivencias del pasado y ensalzar, con vaga fuerza, la trascendencia de su música.
 
Miles Ahead no es un biopic. Es una anécdota que no sirve de mucho a la hora de entronar a su protagonista. El tipo no era de los que caía bien y Cheadle lo trata con la antipatía que merece. A comienzos de los ochenta, consumido por sus adicciones, solo y sin horizonte, llevaba cinco años sin tocar ni publicar y la prensa se preguntaba por qué. Un periodista indaga en él para arrojar luces y se implica en una pequeña aventura en la que salen y entran tipos poco fiables que persiguen una grabación no oficial del músico. Tan débil anzuelo no lo refuerzan los recuerdos de Miles de su esposa Frances Taylor, que se entrometen sin mucho sentido a lo largo de un metraje bastante soso. Decepcionante.

No hay comentarios: