sábado, agosto 15, 2015

SOUNDTRACK 170: HOUSE OF CARDS (3)


El mal es adictivo y seductor, es contagioso. Es veneno y destrucción y causa regocijo y éxtasis en quien lo produce. Cuando triunfa (y eso ocurre demasiado a menudo) su alcance no tiene límites. Es bárbaro. Y quien tan ruin es una y dos veces quiere serlo muchas más. House of cards ofrece un curso magistral de villanía y desalma en su tercera temporada, quizá más inhumano que en las dos entregas anteriores.

Qué placentera es esta serie de Netflix. Y a la vez brutal y descorazonadora. Maldices al ser humano que maneja el poder de la política para amasar aún más poder y dejar regueros de víctimas en el camino. Maldices también la debilidad de quien no acierta a ver la luz para salirse del implacable sendero de la maldad. Maldices a Robin Wright y a Kevin Spacey (tremendos actores), los malos más despreciables que ha creado la televisión americana. Habrá una cuarta temporada, bien, con un nuevo frente abierto, la madre de todas las contiendas.

No cuento nada, no quiero pese a tener ganas. Solo escribo estas líneas para animar a empezar con esta serie a quien aún no lo ha hecho o a continuar a quien la ha dejado aparcada. Pero seamos buenos.

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