martes, agosto 04, 2015

RUIDO DE AGOSTO


Hay demasiado ruido en agosto. Incluso cuando las calles callan para tomarse un descanso. Me cruzo con extraños y no me reconozco. Las horas ya no convierten el día en una siesta permanente. Añoro la ruta exterior, el viaje interior. El anonimato. La lejanía. La música no me resulta amistosa en verano como en otras épocas del año. No aprendo a concentrarme, no sintonizamos, debemos mirar hacia otro lado y reencontrarnos cuando el calor remita y la brisa despeje el cansancio. De noche (atrás el día y las miserias cotidianas) abro una brecha en el tiempo para dejar que entre una vieja armónica y una guitarra rota, una abrazo y la sonrisa de un niño. Es también ruido de agosto.

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