Hoy Bruce me ha hecho llorar. Esas lágrimas celosas que alumbran en la noche o en la oscuridad de un cine, que asoman sin cruzar la puerta y se retiran sin hacer ruido. Y no ha sido por Bobby Jean, Born to run, Spirit in the night o The promised land. Ha sido por esto:
“Cuando estábamos juntos éramos cojonudos, cualquier noche, sobre cualquier césped, de los mejores del planeta. Estábamos unidos, éramos fuertes, éramos honrados, éramos inamovibles, éramos divertidos, sensibleros como el demonio y tan serios como la muerte misma. E íbamos a tu ciudad a hacerte agitar y a despertarte. Juntos, contamos una vieja y rica historia sobre las posibilidades de la amistad que trasciende a aquello de lo que había escrito en mis canciones y en mi música. Clarence lo llevaba en su corazón. Era una historia donde el motorista y el tipo grande no solo rompían la ciudad en dos, también la pateaban y la reconstruían, convirtiéndola en la clase de lugar donde nuestra amistad no sería una anomalía… Echaré de menos a mi amigo, su saxo, y la fuerza de la naturaleza que era su sonido. Pero su amor y su historia, la historia que me dio a mí, esa que susurra en mi oído, y la historia que te dio a ti, va a continuar… Clarence era grande, y él me hizo sentir, pensar, amar y soñar a lo grande. ¿Cómo de grande era el tipo grande? Joder, demasiado grande para morir, puedes escribirlo en su lápida, puedes tatuarlo sobre tu corazón… Clarence no se fue de la E Street Band cuando murió. Él se irá cuando nosotros hayamos muerto”.
1 comentario:
Yes. Y ya nada sera lo mismo .... de hecho ya no lo era hacia tiempo.
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