miércoles, noviembre 23, 2011

SOUNDTRACK 111: THE STRAIGHT STORY

Poco, muy poco me gusta David Lynch. Su cine es casi siempre aborrecible. Escapo de su universo de culto que seduce a los amigos de abrazarse a lo estrafalario más por su intención rompedora y provocativa que por sus valores narrativos. Su bizarrismo me asquea y el surrealismo dudoso que empapa sus historias, sus personajes y su angustiosa puesta en escena me distancia del mensaje con gran facilidad. De lo escaso que guardo de la huella que lamentablemente ha logrado dejar en el cine se salva la música que casi siempre ha compuesto para sus películas el compositor neoyorquino Angelo Badalamenti. Su mejor trabajo es para mí, sin duda, The Straight story (1999), además, junto con El hombre elefante, la mejor obra de Lynch.


La idea, la trama, es hermosa, ese anciano en las últimas que se monta en su segadora y cruza varios estados para ir a ver a su hermano enfermo, con el que hace tiempo que no se habla. La música de Badalamenti refuerza el tono melancólico de la historia, ahonda en la soledad y ternura de ese ser casi inadaptado en mitad de la carretera y el campo. Las guitarras finas y cuidadosas son de alto voltaje emocional y el violín cambia de humor para convertir algunas piezas en poemas de nostalgia y otras en melodías de valses que discurren por la inmensidad de los espacios abiertos que muestran las imágenes, la mejores captadas por la cámara de Lynch.

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