¡Qué tontos somos! ¡Cuántas contradicciones! Y somos bien conscientes de ello, del modo en cómo nos atascamos sin poder encontrar las palabras precisas y no conseguimos salir de la red. Hasta un punto, hasta un límite. Esta canción cierra muy bien un disco, una casual dedicatoria. El Jefe es un hijoputa de primera división. Con él los lazos nunca se desatarán, aunque caminemos tan desorientados.
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