El disco arranca con The stations, y te preguntas si Dulli y Lanegan se van a poner a cantar. No, empieza a hacerlo Marianne Faithfull. Esta versión, una de las nueve (y no al uso) que contiene el álbum, es de lo mejor del repertorio, superior al tema original. O Love song, o Goin’ back. Otros cuatro cortes llevan la firma de Marianne, y Why did we have to part? o Horses and high heels son espléndidos. Aparecen Lou Reed y Nick Cave por el disco, pero en un muy discreto plano. Produce Hal Willner en Nueva Orleans con unos cuantos músicos locales. Una garantía. El sonido es exquisito y profundo. Y esta señora, siempre áspera y con esa voz tan siniestra pero dócil, es de las buenas.
Nota: 8/10
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