miércoles, diciembre 16, 2009

CLÁSICOS CONTIGO


La fuerza de la costumbre nos lleva no pocas veces a resoplar de cansancio o aburrimiento porque un clásico del rock and roll irrumpe en el ambiente. Otra vez el mismo, el de siempre, ya me cansa oírlo tan a menudo… decimos. Que sí, que son enormes canciones, pero ¿por qué no suenan las que no son tan clásicas, otros tremendos temas de esos músicos que tanto amamos? El factor sorpresa, por favor, pedimos, y siempre podremos también abrazarnos a quien tengamos más cerca para venerar esta otra canción tan buena y decir… ¡qué buena es, qué buenos son! Es tan fácil. Aunque tú no la conozcas, por ejemplo, pero yo te explique de qué tema se trata y, fíjate, fíjate, ¡qué bien suena!... emociónate también.


Otras veces, en cambio, no me importa la repetición. Si mientras estamos hablando y nos contamos lo que deseamos compartir el uno con el otro, mientras nos gusta tener este momento, suenan tan a nuestro lado Brown-eyed girl, Like a rolling stone, Wish you were here, Dust in the wind, Everybody’s talkin’, Hotel California, Stairway to heaven o Me & Bobby McGee y nuestros labios acompañan las canciones.

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