Recuperar Civilians (2007) y redescubrir Tiny voices (2003) sitúa cualquier listón demasiado alto. Pero Joe Henry es un músico olímpico de magnitud, aspirante seguro a medalla, un artesano mágico que convierte su prosa flotante en lujosa poesía de la insinuación. Y Blood from stars (Anti-, 2009), su undécimo disco en 23 años, lo deja de nuevo en cualquier cajón del podio. Es difícil, muy difícil, alcanzar la sublime exquisitez de Civilians o la prodigiosa complejidad de Tiny voices, por eso Henry no lo consigue en su último trabajo. Ese es el problema, aunque en absoluto es un problema… esta nueva colección asciende a cimas que vuelven a dejar su música en un nivel de encantadora ambigüedad.
Más que nunca se me parece Joe Henry aquí a Tom Waits: por el fraseo desgastado y por la estructura bluesística y la nocturnidad natural que acompaña la respiración de las canciones. Blood from stars, como Tiny voices, se viste de extensa suite oscura y brumosa, con un aire sombrío a resaca ralentizada y dividida en trece piezas. Deambula Waits por las guitarras sinuosas de Marc Ribot en temas como Death to the storm o The man I keep hid, y Henry lleva otros temas como Bellwether, Suit on a frame o Truce a cotas de extraordinaria belleza. Un monstruo.
Nota: 8/10
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