jueves, agosto 28, 2025

LIVE IN 313: MAVIS, 86


Antes de cumplir los 10 años Mavis ya cantaba en la iglesia junto a sus padres. El próximo noviembre la volveremos a oír cantar con 86. Me asombra esta resistencia, la entereza de este mujer, carismática en su sencillez, grande en su pequeñez. Desde las entrañas nace su fe, su calor. Es nuestra abuela, quieta, sola y pensativa en esta imagen, en un rincón ante la mesa camilla, preparada para cantar mientras piensa en lo triste y hermoso que es al mismo tiempo este mundo.

Así se titula su próximo álbum, Sad and beautiful world. Su invierno no puede tener mejor compañía: Ry Cooder, Jeff Tweedy, M Ward, Ben Harper y ahora Brad Cook se han responsabilizado de la producción. Los créditos autorales de este adelanto son de Kevin Morby, pero me cuesta localizar previamente la canción, esta deliciosa Beautiful Strangers con la que Mavis Staples, serena y deslizante, merece nuestro abrazo eterno, su estatus de divinidad.

lunes, agosto 25, 2025

BONUS TRACK 314: BORN TO RUN (BRUCE SPRINGSTEEN)


La prensa nos recuerda esta efeméride apabullante: ni más ni menos que medio siglo desde Born to run. Cualquier texto publicado hoy, con los hechos, con el contexto y con las huellas, es un abrazo caliente y fuerte a las canciones de este disco y a su autor, a lo que nos dijeron cuando las descubrimos aquel día, en aquel momento, a los 10, 15, 18, 22 o 30 años. 

No podemos explicar a Bruce, sino sentirlo. Sobran palabras, quedan emociones. He intentado ser frío, objetivo, en alguna conversación, cuando su música entra y sale en una sucesión de recuerdos o vivencias que me han acompañado o de referencias a sus discos. Me detengo, renuncio. De Bruce hablo para mí: si tengo que admitir su condición humana, con sus aciertos y errores, o si debo elevarlo a los cielos.

Como cuando escucho, hoy de nuevo, Born to run, y trato de imaginarme cómo y cuándo explotaron sus canciones en un público que hoy nos parece irreal pero que entonces sabía que en la música encontraba mensajes y brújulas. Yo no estaba allí... Sí estaba en otro lugar y en otro tiempo, proclive, por fortuna, a dejar que la música me cautivase.

Entonces, y hoy, el cuerpo sufría latigazos de placer, de pletórica felicidad, cuando Bruce Springsteen le gritaba a Mary que se marcha de una ciudad de perdedores para poder ganar... cuando se esconde en los callejones... cuando sopla el viento helado en la décima avenida... cuando Big Man abrasa sus pulmones... cuando la jungla urbana alcanza la épica con el eco de las guitarras... en cada segundo y cada palabra de Bruce bramando y coreando que vagabundos como él, como nosotros, han, hemos, nacido para correr.

domingo, agosto 24, 2025

DISCOS DE SEGUNDA MANO

Hace unos días estuve de buceo en una feria del disco, de caja en caja y entre álbumes usados, vinilos y cds. Olor a plástico, a cartón, a humedad. Me gusta ese ritual, desde luego, localizar discos raros o perdidos, reliquias y caprichos. Elegir algunos y recuperar su contenido horas después tumbado en el sofá.
Leo una novela que tiene por escenario una tienda de discos de segunda mano: el lugar, Los Angeles; quien escribe, desde el norte peninsular. Evitaré dar el título y más detalles porque la decepción no merece publicidad. Pero hay alguna débil luz, emociones que esa mercancía musical suscita entre los más sensibles.
Me quedo con la historia de cada disco, lo que deja detrás ese ejemplar que acaba en una caja entre miles de otros álbumes viejos que quizá tengan otra vida junto a otro dueño, en una habitación distinta, tardes grises o noches frías para volver a ser escuchados.
¿De quién era ese disco que tú te llevas ahora? ¿Por qué lo compró o quién se lo regaló? ¿Cuántas veces lo escuchó y con quién? ¿Por qué se ha desprendido de él? ¿Volverá a comprar más discos?

DOS MINUTOS


El tiempo es oro. No lo malgastes. Si te llegan dos minutos, que no sean tres. Vamos deprisa por la vida. La relajación y la calma son lujos esquivos. Si dispongo de ellas, me niego a dedicar solo dos minutos a una canción.
Redes, comunicaciones inmediatas, prisas y ganas de acaparar, de presenciar o de estar en todas partes nos meten en veloces remolinos que nos alejan de la paciencia que la música reclama para ser atrapada con íntimo placer.
Leo un reportaje que rebusca canciones de menos de dos minutos para rivalizar con esos fogonazos de la misma duración con estribillos inmediatos planificados para captar al consumismo actual cargado de urgencias. 
No llego a tan poco. Menos de dos minutos no llega a aperitivo casi, pero con menos de tres, en torno a los 2’30’’, la música nos regala joyas de las Supremes, Nina Simone, Sam Cooke, Johnny Cash, The Byrds, Beach Boys
La música no tiene límites de tiempo. Solo quiere el tiempo que tú le das. Que sea generoso. Lo merece. Lo mereces.

lunes, agosto 18, 2025

BOOTLEG SERIES 136: Q LAZZARUS

¿Quién fue/quién es Q Lazzarus? Quienes admiramos el trabajo cinematográfico de Jonathan Demme siempre tendremos en el recuerdo aquel hechizante tema que incluyó no en una sino en dos de sus películas: Goodbye horses, la música con la que Buffalo Bill se maquillaba y grababa ante una cámara de vídeo en El silencio de los corderos. La canción la habíamos escuchado antes en Casada con todos, pero en el oscarizado filme nos llevó a un dimensión de horror, quedó asociada a aquel secuestrador y asesino en serie y permaneció en la memoria para siempre. Hicimos un esfuerzo por encontrar el tema, por descubrir quién coño era Q Lazzarus, pero no llegábamos a otro lugar que a un agujero negro.

Goodbye horses. The many lives of Q Lazzarus es el documental que ocho años después del fallecimiento de Demme y 34 después de los Corderos descubre quién estaba detrás de aquella canción, un tema que otras bandas y artistas llevaron a sus directos en sus propias versiones como muestra del poder de seducción que tenía aquella música inquietante, indefinible, a medio camino entre el pop y la new wave. ¿Qué pasó con Q Lazzarus, que después de aparecer en una escena de Philadelphia, otra película de Demme, desapareció sin dejar rastro?

La directora del documental, Eva Aridjis Fuentes, recurre a la misteriosa cantante, redescubierta como taxista anónima, para que cuente en primera persona el impacto que tuvo aquella canción y cómo todo se torció a continuación. Personas que la han acompañado completan el relato (músicos con los que trató sin éxito de ganarse una plaza en el mundo de la música, amigos, familiares), expuesto con cierta frialdad, sobreactuación en la protagonista principal, con un esquema convencional que repasa las clásicas miserias (fracaso, abandono, drogas, prostitución, cárcel, desintoxicación) que definen a los ángeles caídos y por las que pasó Diane Luckey, aquella Q Lazzarus desafortunada de extraña fascinación.

Grabó canciones que nunca se juntaron en ningún disco, suenan en la cinta. Goodbye horses fue la única en encontrar formato, pieza de coleccionismo, una rareza aún irresistible. 

martes, agosto 12, 2025

VOLUME ONE 696: NO RAIN, NO FLOWERS (THE BLACK KEYS)


No me arrojarán en marcha, no descarrilaré. El tren de los Black Keys me lleva siempre a buen destino. Cuando salió de la estación, cuando alcanzó su máxima velocidad y ahora que avanza con el piloto automático puesto, me siento seguro en el viaje. El trayecto puede pasar por alguna fase de turbulencias, el paisaje puede ser frío y tosco o cálido y sedoso, me vale. Si alguna vez me viene la tentación de afilar mi veredicto y repartir peros o admitir decepciones, nada, que no soy capaz.

Auerbach y Carney ya van por el decimotercer álbum, muy alejados de su bautismo, muy acomodados en el alfombrado de rock blusero de barniz bailable, unas veces ácido otras picante, siempre contagioso. No rain, no flowers (Warner, 2025) cabalga por los mismos terrenos de Let's rock, Dropout boogie y Ohio Players: fiables texturas, seductores ambientes, estribillos rentables. Quizá falta algún tema redondo, aunque la marca de fábrica es una garantía que, de momento, voy a seguir sin cuestionar.

Nota: 7,5/10 

jueves, agosto 07, 2025

BONUS TRACK 313: SOUTH COAST (RAMBLIN' JACK ELLIOTT)


Nos preguntamos asombrados cómo es capaz Willie Nelson de desafiar a la naturaleza y grabar uno o más discos al año cuando ya supera los 92 abriles. Yo tengo más simpatía por otro forajido de las raíces de la música americana que hace una semana cumplió 94, con un legado discográfico más reducido pero un eco y magisterio igual o superior: Ramblin' Jack Elliott.

Jack está en Dylan, como él estuvo en Guthrie. Su horizonte estaba más próximo, sus pasos eran más cortos; la fama, el éxito, la figura, el mito... no iban con él, que prefería vagar abrazado a su guitarra acústica. El respeto, el cariño entre los suyos, en quienes aprendieron de su modestia, no ha tenido fronteras. ¿Pequeño gran músico? Grande.

En 1995 regresó a un estudio y grabó su primer álbum en 25 años. Cantó piezas de Woody, temas tradicionales que interpretaba en todas partes, ensombrecido por el ala de su sombrero. South Coast es la esencia misma de Ramblin' Jack: conciso, escueto, vibrante, sentido, emocionante en su sencillez. Un disco culminante, como 14 años después sería su último canto, A stranger here

 

BONUS TRACK 312: TRAFFIC (TRAFFIC)


Ahora que nos hemos ido de lecturas por Birmingham, fábrica natal de Ozzy, no está mal recordar que en los paisajes grises de las Midlands también crecieron Traffic. Puedes imaginártelos: cuatro chavales de poco más de 20 años, uno aún andaba por el final de su segunda década de vida, músicos en la adolescencia, entre el prodigio y el anonimato. Llegaron a vivir juntos en el campo para fortalecer los vínculos de la comunidad creativa, pero los nudos se desataron con frecuencia, algunos querían volar en libertad. Winwood, Mason, Wood y Capaldi formaron un cuarteto de esos cuya música combina colores sin desentonar en la mezcla. Su unión cromática era irresistible, capaz de adherir a los psicodélicos, atraer a los rockeros, seducir a los progresivos y, a la larga, engatusar a los jazzísticos.

Allá por el 68, Mason abrió la puerta y dejó al grupo apañado en trío. En vivo no era sencillo funcionar como tal, con Winwood usando pedales en su órgano para hacer sonar el bajo mientras cantaba, otra veces agarrando la guitarra, Capaldi en la percusión y Wood con el saxo o la flauta. Mason se reconcilió, luego volvería a darse el piro. Pero en el tiempo en que fueron de nuevo cuatro grabaron su tercer álbum, Traffic. Lo dicho: una amalgama que en su heterogeneidad consigue ser homogénea, satisfacción de unos gustos y de otros. Un disco fantástico, como esos que ya no se hacen.

miércoles, agosto 06, 2025

VOLUME ONE 695: FIND EL DORADO (PAUL WELLER)


El largo otoño de Paul Weller deja caer hojas de ese cálido marrón que convierte la estación en la preferida del año sin que el color se marchite. Cada caída al suelo es una lección ejemplar de saber adaptarse al paso del calendario con naturalidad, dueño de una integridad que permite escarbar donde (casi) nadie más lo hace para no pecar de soberbio ni resultar intrascendente.

Find El Dorado (Parlophone, 2025), quinto disco de Weller en esta última media década, recupera canciones que la gran mayoría de sus oyentes teníamos olvidadas... más bien diría que originales que nunca habíamos escuchado, para llevarlas a un terreno que últimamente tiene muy bien sembrado, en el que crecen elogiables trabajos como A kind revolution, On sunset o 66.

Conocemos a Richie Havens, a Merle Haggard, a los Bee Gees o a Ray Davies, pero seguro que no recordábamos las canciones que Weller toma prestadas para elaborar un muy versátil álbum de versiones, donde la sabiduría se convierte en la mejor herramienta y arroja unos cuantos de los mejores temas recientes (aunque no sean propios) del autor: Pinball, Lawdy Rolla, El Dorado.

Nota: 8/10